domingo, diciembre 14, 2014

14. Depresión pre-vacacional

15ª Semana (08 al 14 de Diciembre 2014)

No estoy del todo segura de que exista ese término y para nada soy una "workaholic", mi problema, porque siempre encuentro uno, es que al ver las vacaciones tan cercanas, el domingo por la noche entré en una especie de sesión depresiva porque veía la semana que me quedaba como algo insufrible, largo, aborrecedor, que luego se incrementó más si cabía al ver mi planning semanal

(un lunes empezando a las 7.15am y acabando sobre las 21pm, un miércoles sin poder irme a casa por la tarde porque debía quedarme aunque la abuela se hiciese cargo de la niña; y lo que más me dolía, que, apesar de marcharse el sábado, me hiciesen trabajar hasta que se fuesen, sobre el mediodía), sin embargo, yo que, ahora rezo mucho y lo hago de verdad, toda la semana dió un giro inesperado: un lunes largo - hasta las 20pm - pero sin babysitting porque la niña seguía acatarradísima y los padres, como era obvio, cancelaron sus planes; un miércoles sin abuela, pero con padres, lo que me permitió salir antes; y lo mejor de todo, me libraba de hacer cena para G. el viernes porque me querían invitar a una cena de navidad como despedida.

Como iba diciendo, el lunes tuve una pequeña crisis emocional y acabé fatal hasta el punto de replantearme el futuro, por suerte y gracias al apoyo de mucha gente, me animé a hablar sobre mis sentimientos con mi familia de acogida y todo se solucionó, porque veréis, soy una persona extremadamente perfeccionista y dedicada; pero, por supuesto, no soy perfecta y cometo fallos, así que el hecho de no encontrarme especialmente bien anímicamente y tener algún encontronazo en el núcleo familiar, me estaba desgastando hasta el punto de pensar si realmente estaban satisfechos con mi labor. Una vez que se disiparon todas mis dudas, volví a mi ser, la semana no se hizo más corta, pero sí más llevadera y con más reconocimiento por el esfuerzo que ponía en cada cosa que hacía.


Esa semana también cambié mi forma de seguir el horario, G. necesitaba más horas de juegos y menos paseos en la fría calle, así que, desde ese momento, mi prioridad era hacerla feliz y dejar de lado ese trozo de papel que me impedía hacerlo y, de veras noté un cambio en su afecto, ya me quería antes, pero ahora, ahora me miraba y sabía que estaba haciendo bien mi trabajo, su sonrisa era mi prueba.

Pero también me las ví y me las desee cada vez que tenía que cambiarle el pañal, pues ahora le daba por no quedarse quieta. Mi salvación: las pasas.

Llegó el viernes, ya casi podía tocar mis primeras horas de libertad, pero lo mejor de todo fue que esa noche tenía mi "cena de empresa" que fue, cuanto menos, típicamente suiza y deliciosa. Fue entonces cuando supe que había perdido, gastronómicamente hablando, 25 años de mi vida. Yo, que soy una enamorada del queso, cuando me metí en la boca el primer trozo de ese pan casero que, de por sí ya era de otro mundo, tuve una experiencia extrasensorial, lo juro.
 Para ser francos, jamás me hubiese imaginado que el queso mezclado con el vino (llamadme rara, pero no soy una fanática de dicha bebida), pudiese saber tan bien. Hablamos de mi futuro, entre otras cosas, y, para qué negarlo, me encantó pasar tiempo con ellos porque fuera del ámbito laboral, lejos del estrés diario, disfrutaba mucho de su compañía. Al acabar la cena, me pidieron como favor (tenían que dejar todo atado antes de marcharse viaje,esa noche), una de las tareas más difíciles de la semana: dormir a la niña que ya sabéis que si los padres estaban por la casa, nos iba a deleitar con 1001 chillidos... Después de 2 horas, lo conseguí. Me río yo de las películas de ladrones que tienen que hacer malabares para no tocar el hilo rojo invisible para evitar que saltasen las alarmas, aquí, en el momento que parecía que, por fin, se había dormido y estabas dispuesta a mover la mano lentamente no, lo siguiente; si hacía un roce mal, despertaba a la bestia y empezaba el circo de nuevo y, como era obvio, cada vez que se despertaba era peor porque hacía todo lo posible por tener los ojos abiertos para evitar que nadie saliese del cuarto y se quedase sola (sí, me paso 2 veces, pero a la tercera, como dicen, fue la vencida).

Y entoncés lo ví, era mi día, mi momento, mi todo: ¡ERA SÁBADO! Pero no un sábado cualquiera no, ese sábado, no sólo empezaron mis vacaciones,sino que recibí a Papa Noel antes de tiempo, con salario y todo.
Pero lo cierto es que también se produjo un momento extraño que, ojalá, no hubiese tenido lugar ese día. Me armé de valor y pregunté algo que hacía tiempo me rondaba y tenía que ver con mi contrato y el seguro "dental: ¡LISA NECESITA UN APARATO!" médico. Me gustaría ser más específica, pero siento que ésto es demasiado personal para compartirlo, sólo diré que ahora me encuentro en una encrucijada extraña donde debo elegir. Elecciones, elecciones, ¿qué sería de la vida sin ellas? De todas maneras, la despedida fue, cuanto menos entrañable, ahora sólo espero que mi pequeño monito no se olvide de su "Paua".


NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

Mi misión imposible de encontrar una caja tamaño Zarzuela volvía a atacar con una secuela con final feliz, pero no sin antes generarme una gran tensión. Yo, que mucho hacía ya por arrastrarme hasta el final de la semana, me encontré con que el padre de mi familia de acogida me dijese que tenía aún la tarea pendiente de apañarmelas como fuese para encontrar algo con lo que enviar los malditos regalos al país nórdico, ¡¿dónde coño estaba Santa Claus ahora, eh?!

Sé que podría haber preguntado en todos los Coops, Migros, Spar y sus respectivas madres, que allí nadie me hubiese dado una caja, más que nada, porque la primera vez, ya lo probé; así que empecé a darle a la bola, tanto que hasta me planteé ir a la estación central y pedir en información turística donde encontrar una. Pregunté a un par de mis conocidos -nada-, miré en internet y tampoco me solucionaron mucho, sólo veía como salida Ikea, pero sin saber como llegar y con un cochecito de bebé, la sóla idea de perdernos, me daba pánico. Al final, pregunté a la madre de G., y resulta que tenía un par en su oficina, ¿serían lo suficientemente grandes? ¡SÍ! La envié, me quité una preocupación de encima y recibí las felicitaciones de mi familia que ahora se tomaban muy en serio eso de hacerme "feedback positivo" a menudo para tenerme contenta. 

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Romanesco = Brócoli marciano
 - Nuss salat en el restaurante "Chäsalp"
 - Fondue de queso en el restaurante "Chäsalp"
 - Vermicelles mit Meringue und Rahm en el restaurante "Chäsalp" (Postre de castañas en forma de espaguettis con una base de merengue y una decoración en nata montada)
 - Canapés de huevo y espárragos de "Honold"


3. Lugares visitados:

 - Landesmuseum
 - Restaurante "Chäsalp"
4. Mis favoritos:

 - Bizcocho de zanahoria "Pret à manger" (Traído desde Londres)

 - Landesmuseum (El edificio ya es llamativo por fuera, pero por dentro tampoco tiene desperdicio. 10 CHF/ adulto y gratis el último domingo de cada mes)
 - Fondue de queso
 - Guisantes en salsa de tomate caseros con un toque mágico (RECETA FACILÍSIMA:

1º) Preparar los ingredientes que son, ni más ni menos, 4: cebolla, guisantes, tomates y el ingrediente estrella que sabreis al final.
* Una pastilla de caldo vegetal es opcional, pero siempre le va a dar más gusto a cualquier caldo que hagamos
2º) Picar cebolla finamente y sofreir a fuego medio ligeramente en una olla porque después añadiremos agua para cocer. 
3º) Añadir los guisantes (aquí podéis optar por congelados o naturales, yo uso de los primeros que siempre suele haber en casa). Dejar que se calienten un poco o, al menos, hasta que se haya derretido cualquier indicio de hielo si eran congelados.
4º) Poner un poco de agua, la sufiente para que cubrar los guisantes (no mucha porque luego añadiremos los tomates), echar la pastilla de caldo y dejar cocer hasta que estos esten bien tiernos.
5º) Mientras tanto, proceder a cortar un tomate grande o 2 medianos a trozos, meter en la batidora, añadir un chorro de aceite de oliva y batir hasta que no queden grumos. Opcional, podéis añadir a esa salsa un poco de salsa de tomate frito, o bien echar directamente sólo de ésta última.
6º) Cuando los guisantes lleven como unos 10-15 minutos, verter la salsa de tomate y dejarlos al fuego para que adquieran el sabor de la salsa.
7º) Una vez, estén tiernos y listos, proceder a añadir el condimento clave: ¡ENELDO! (o aneto), remover bien y esperar un poco antes de servir para que coja todo el sabor posible.
El sabor es terrorífico de lo bueno que está.)

MORALEJA: Se puede empezar la semana de muchas maneras, pero si la empiezas mal, asegúrate de que cuando la acabes lo hagas de manera que hayas aprendido a empezar mejor la siguiente, sobre todo, ¡si te vas de vacaciones!

"Pregúntate si lo que estás haciendo hoy, te llevará a donde quieres llegar mañana" - Walt Disney


Y, ahora, debo dejaros, mi nueva misión consiste en entrar en una mansión podrida de pasta y fantasmas para robarle la piedra filosofal a un tal Sauron y aun tengo que llamar a Katniss para que me enseñe a cargarme con flechas grandes hordas de caminantes.

Nos vemos después de Navidades, ¡felices fiestas!
 (18 de Enero 2015)

domingo, diciembre 07, 2014

13. Todos enfermos o la puta al río

14ª Semana (01 al 07 de Diciembre 2014)


Esa semana prometía y mucho, pues, sin saberlo con antelación, me encontré que, después de haber perdido parte de mi sagrado tiempo libre completando el planning, éste había sido totalmente modificado (lo que venía a ser costumbre ya, tanto que empecé a cuestionarme el por qué me obligaban a seguir haciéndolo si el resultado final nada tenía que ver con el mío); pero en este caso, el cambio fue para mejor, pues, por lo visto, iba a tener la posibilidad de "relajarme" mientras seguía currando, eso significaba que todos se iban de viaje ese miércoles y volvían a la semana siguiente, pero, aunque no tuviese que cuidar de G,, tendría que seguir haciendo labores en la casa, como ordenar y arreglar los armarios de la cocina, cosa que, por otra parte, me ilusionaba porque soy una obsesa del orden.

Así que empecé el lunes con una media sonrisa, volvía a despertarme sóla y eso no me hacía mucha gracia. Fui a trabajar, esperando encontrarme las mismas complicaciones con la comida y listo, pero se ve que G. me tenía reservada una sorpresa mejor que la pobre tampoco sospechaba, y así fue como esa mañana me enfrenté a mi primer vómito de bebé en una autobús mientras íbamos a un recreo infantil. Sorprendentemente, mantuve la calma y actué racionalmente, es más, diría que hasta parecía que había hecho eso anteriormente. Me ahorraré los detalles escabrosos y las descripciones gráficas, y la puse a dormir en su cunita. Se despertó justo cuando iba a tener lugar un reportaje fotográfico de la madre, de estos tipo "Hola" de famosos enseñando su casa. Fue bastante caótico retener a la niña conmigo cuando sólo quería estar con su madre, así que con tanto ajetreo decidí que podía empezar a dejar de estar tan serena y empezar a mosquearme. Y como remate final del día, la famosa fiesta que de manera imprevisible salió estupendamente y lo que fue más increíble aún, mi actuación totalmente improvisada fue la favorita de todos (si es que...donde se ponga un español a hacer el mono para incitar a todos a bailar la "Macarena", el "Aserejé" y deleitarles con una de mis gitanadas favoritas, que se quite todo lo demás) El caso es que, aparentemente, no sé que hago siendo au pair cuando podría bien estar dándolo todo en un escenario (de karaokes, seguramente).

El martes no acabó el martirio, la niña estaba enferma eso era un hecho, pero lo peor fue descubrir que eso de que no comía antes de ese martes, era una obsesión de los padres, NO COMER fue lo que estaba haciendo ahora, que no abría ni la boca...

El día que, por fin, pensaba que estaría tranquila me dijeron que tenían una noticia buena y una mala y, creéroslo o no, pero antes de ir a la casa esa mañana, pedí por Dios que por nada del mundo cancelasen ese viaje, pues bien, resulta que Dios estaba sordo ese día y sí, se quedaron (menos el padre) y fue todo un absoluto desmadre: la madre pilló un trancazo (que, luego, pilló G. y, después, yo), la niña seguía sin comer, diarreas a todas caras, la au pair indispuesta totalmente la noche del jueves y el viernes por la mañana porque tenía unas arcadas infernales (y, aún así, seguía trabajando), la tía de la niña que había volado hasta allí para hacer de soporte en la casa sin mucho que hacer porque G. la veía como una extraña... En definitiva, que acabamos todos como el rosario de la Aurora.

He de decir que ya sé que día tengo que volver aquí definitivamente, después de Navidades, ya no es el 17 que ponía en mi papel de vacaciones cuando llegué aquí, ni siquiera el 13 de Enero sino ¡el 10! Miedo me da tanta volubilidad. Al final, estaré volando y me pedirán que vuelva al día siguiente.
*Siento el retraso de la entrada anterior "Alegría antes de Navidad"


NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

Dispuesta a recuperar esa parte de mi vida llamada "vida social", el sábado quedé para despedirme de una de mis compañeras de aventuras au-pairianas hasta después de Navidades. Creo que es importante encontrar a alguien con el que te identificas para no sentirte ni tan solo, ni tan perdido en algunas ocasiones, pero sigamos; quedamos, las dos con un objeto de deseo en mente, el mío demasiado obvio: un chai latte bien hecho, el suyo: un vinito caliente (y yo que no sabía ni que eso existía, pero el sólo nombre no me prometía demasiado). Al final, las dos tuvimos lo que "quisimos". El primer chai fue un señor té, incluso ella se decidió a probarlo; pero luego vino el cúmulo de desatinos y todo cortesía de la estación "Hauptbahnhof" que en aquellos días estaba decoradísima y llenísima de puestecillos navideños. Uno de ellos pertenecía a un hombre indio que, por lo visto, se había dedicado a cultivar una especie de caldurrio putrido en un cantaro de latón durante siglos para vendérmelo a mi esa noche; claro que también fue culpa mía (¡¿Qué esperaba de un té que "sólo" costaba 3.50 CHF?!) Resultado, fastidiar el delicioso sabor de mi primer chai con el sabor de una mezcla de agua de fregar con infusión para el dolor de estómago. Pero lo de mi amiga fue quizá peor, pues aunque su vino era bebible a mi entender, a ella, que se veía que sabía, le pareció malísimo, ¡pero costaba 7 CHF un micro-vaso! Como me dolía en el alma dejarlo, me lo endosé y así acabó en mi estómago un batiburri de líquidos que sospechosamente no me hicieron ni mear ni irme de varetas y eso sí me hizo cagarme, pero de miedo.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Raclette de queso
 - Ensalada rumana de patata casera
 - Knoppers
 - Vino caliente


3. Lugares visitados:

 - Bosque (Wanderweg - Parte posterior del zoo)

 - Café Henrici 
4. Mis favoritos:

 - Raclette de queso
 - Café Henrici

MORALEJA: Emocionarse demasiado puede tener un muy mal resultado: la decepción.
En Zürich, jamás tratéis de comprar algo barato y esperar que sepa bien, son mezquinos ¬¬


"A veces la única forma de mantenerse sano es volverse un poco loco." - "Inocencia interrumpida"

viernes, diciembre 05, 2014

12. Alegría antes de Navidad

13ª Semana (24 al 30 de Noviembre 2014)


Y llegó; llegó esa semana que había planeado con todo detalle: había elaborado un planning que fue modificado a conciencia a última hora por sus dueños y señores, un plano de las áreas que iban a ver juntos, una nota de bienvenida, su propio horario laboral e incluso dos réplicas de ambos en figuritas LEGO. Lo tenía todo listo para que ese miércoles se reencontrasen después de 3, sorprendentemente, cortos meses en su actual ciudad de acogida.
¿Tenía miedo? No, para ella nada había cambiado y veía su visita como una oportunidad para relajarse ligeramente después de las duras jornadas de trabajo.
Bien es cierto que el encuentro no fue tan cálido y enérgico como esperaba después de ver miles de películas, no, no lo fue ni por asomo.
Pero volvamos un poco más atrás en el tiempo, cuando el domingo tuvo que "trabajar" envolviendo regalos y haciendo galletas (¡qué tiempos!), el lunes sufrió un cortocircuito mental (Leer anécdota) y el martes apenas pudo dormir por todos los preparativos antes del gran acontecimiento.

Con lo cual llegó el miércoles, habían quedado sin quedar en nada (es difícil hacerlo cuando trastocan tus planes de ir a buscar al aeropuerto a quien te mueres de ganas por ver, pero es más difícil aún cuando la otra persona no tiene medio de comunicarse contigo - sin internet en el móvil o una tarjeta suiza con la que llamar- y quedar), pero bueno, las fuerzas divinas ayudaron a hacerlo posible.
Él se dió cuenta enseguida de lo diferente que estaba ella - estresada, centrada, arisca - estaba claro que el trabajo la estaba cambiando; ella, de lo raro que llevaba el pelo.
Fue un miércoles duro, toda actividad estaba fuera de horario y aquello era el desmadre que no haría sino hacerle ganar alguna bronca, pero después de superar un numero aceptable de crisis menores, consiguió acabar su jornada y disfrutar, por fin, de él. Su actitud y ánimo pasaron en cero coma de nerviosa, triste y enfadada con el mundo a feliz, gozosa y agradecida por tenerle allí. Pudo enseñarle la famosa Bahnhofstrasse decorada de navidad y el lago que la había enamorado nada más llegar a Zúrich.
El día siguiente (jueves), fue duro para ambos, pues pasaron separados casi todo el día ahora que por fin podían estar juntos, ironías no de la vida, sino de su familia de acogida que en lugar de permitirles visitar el museo zoológico que es gratuito, juntos, vio más conveniente gastarse en ella 26.50 CHF para ir al zoo y pasar, a lo sumo, 2 horas (ningún turista pagaría eso sólo por estar ese tiempo y con una niña tan pequeña fuera del carrito, se puede andar mucho pero no ver nada.) Y decidida a no pasar más tiempo sin él, decidió saltarse lo que para ella había sido sagrado hasta ese momento: su curso de alemán.

Pero como siempre que se le pone voluntad a algo, se logran las cosas, al final de sus cortas vacaciones,él pudo decir que había visto todo lo que ella había pensado: el bosque, la FIFA, el jardín botánico, el museo zoológico, el casco antiguo, el hotel Dolder Grand, el centro comercial Sihlcity y, por supuesto, llevarle a su restaurante favorito: el "Hiltl".

Se dice que un viaje merece la pena cuando pasan cosas y no necesariamente todas buenas, así que el último día, cuando ambos tenían planeado relajarse como nunca antes, terminaron con severos ataques de nervios: él con su check in imposible, ella con la fiesta que su familia de acogida había planeado para el día siguiente (ni tenía canción, ni tenía claras las recetas que iba a preparar, por no hablar de que jamás había adquirido un regalo para la familia). Conforme la situación se hacía más insostenible (pues aparentemente, el vuelo salía a las 7am y él tenía que estar antes en el aeropuerto y los desternillantes tranvías de Suiza no eran capaces de funcionar toda la noche, no pudo marcharse a la mañana siguiente, sino esa misma noche y dormir de malas maneras allí. Lo más gracioso fue que, incapaces de encontrar los horarios de los tranvías en Internet, ella tuvo que recorrerse media ciudad hasta la parada del tranvía 10 - sí, el del aeropuerto - para saber hasta qué hora pasaría. Genialidades de la vida, a lo que él se disponía a cogerlo, no ponía nada de que llegase hasta allí, sino que su destino estaba a mitad del recorrido habitual, una estación (¡ESTUPENDO!). Sin perder el sentido del humor consiguió llegar, pero, ¿qué paso mas adelante cuando esperaba su segundo vuelo? Pues que el check-in era obviamente imposible porque LUFTHANSA había cancelado vuelos a porrillo por sus pilotos protestones.
En la vida todo tiene solución, menos la muerte, y ese lunes, él consiguió volver usando su humor, paciencia e ingenio (no todo el mundo compra seguros de vuelo :P) y ella logró pasar una velada divertida en la fiesta a pesar de no tener ni idea de la letra de su canción.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

Cómo si no se empezaba la semana así, no era Lunes, el karma decidió que si yo tenía que enviar una caja tamaño porta-aviones (que debía adquirir en la oficina de correos) llena de regalos navideños a Noruega por petición de la familia, éste pondría todas las dificultades necesarias para hacer de la misión algo imposible. Así que cual ingenua y cargada como una mula, me acerqué a la oficina más cercana: "No tenemos cajas de ese tamaño", dijeron, "Prueba a conseguir una en este supermercado de enfrente o en otra oficina". Como era obvio, ni en una ni en otra, sólo que de lo de la segunda, me enteré después de recorrerme media ciudad y visitar 3 sucursales, que no vendían cajas de un tamaño superior al de la caja de una "Barbie" (WTF???) A lo que yo, armada de una paciencia infinita, pregunté: "¿Y si queréis enviar ropa u objetos más grandes?" "Debes adquirir una caja en Ikea o algún sitio así o bien contactar con una agencia de mudanzas para que te provean de cajas" (Vale, Ikea está tan lejos que ni un tranvía llega allí y qué coj... dice de una mudanza, en serio, sólo quiero enviar una caja, no planear un Golpe de Estado.) 

El caso es que tras dar 5000 vueltas y ver que la niña no se dormía la siesta matinal, me empecé a estresar y se me empezaron a olvidar las demás cosas que tenía que hacer (Comprar bolsas de basura por el módico precio de 20.50 CHF en "Correos" porque no había ni una en casa y unos filetes de pollo para que la niña tuviese segundo plato ese día). Así que, se me hizo tardísimo cogiendo tranvías sin conocimiento para ir a los distintos sitios (Total, sin bolsas de basura porque la oficina ya estaba cerrada). Al final la cría se durmió profundamente, se levantó tarde, le tuve que meter la comida casi por embudo y aún así llegamos cuando acababa la clase de canto. Pero, por suerte, la profesora se apiadó de mi y me dejó asistir a la siguiente clase y yo pude hacerme con las malditas bolsas de basura que están hechas de oro para valer lo que valen, de regreso a casa. 
Lo más curioso de todo es que a la hora de cenar, recibí felicitaciones no sólo por mi comida, sino por cómo estaba desempeñando mi labor ese día. ¡Wow! Si sólo supieran lo desastroso que había sido...

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Galletas caseras elaboradas con masas precocinadas de todas las formas y colores 
 - Pastelillo de hojaldre relleno de crema de "Äss Bar"
 - Crema de untar de tomate y albahaca "Spar Veggie"
 - Brioche alsaciana con pasas y almendras "La Pause Douceur"


3. Lugares visitados:

 - Hauptbahnhof (Mercadillo navideño y área comercial subterránea)
 - Tienda de artículos originales "Bernard - Zarnegin Modern Interiors" o "Box" (No estoy segura del nombre de la tienda, pero está en Sihlstrasse)
 - Interior del Hotel Dolder Grand
4. Mis favoritos:

 - Berlinas "Äss Bar" (Las de Coop son malísimas)
 - Dulce de leche "Chimbote" (Esta vez tenía mi propio bote. Cortesía de mi pareja)
 - Zumo Samba Brasil "Sarasay" (Migros)
 - Tienda de artículos originales "Bernard - Zarnegin Modern Interiors" o "Box"
 - Hotel Dolder Grand

MORALEJA: La causa de que una relación a distancia no funcione son las propias personas, no la distancia. Con confianza, dedicación y comunicación frecuente no sólo es posible sino que sale reforzada.

"Quiero estar contigo, qué importa donde estemos." - Película "10.000km"

Gracias por existir, Skype.