lunes, octubre 26, 2015

* BONUS: 10 cosas que hacer antes de dejar Suiza

¿Vas a pasar una temporadita en Suiza? 
¿Te has enamorado de un suiz@ y lo vas a dejar todo para partir al país del chocolate?
¿Has conseguido un trabajo allí que ya sólo por el sueldo haría falta ser cortimer para no aceptarlo? 

Si has contestado que sí a alguna de las preguntas anteriores y el queso fondue, los Andes y el idioma del "subanestrujenbajen" han ganado la batalla a la tortilla de patata, los Pirineos y la lengua de Cervantes, aquí os dejo la lista de 

"Las 10 cosas que definitivamente deberías hacer antes de dejar Suiza"

1. Abrir una cuenta en un banco suizo
Porque sentirse corrupto profesional, nunca fue más sencillo y, bueno, porque necesitarás meter el dinero en algún sitio.


2. Aprender un nuevo idioma

No hace falta que sea suizo alemán; es un país pequeño, pero tiene otros 3 idiomas oficiales: el francés, el italiano y el romanche.


3. Probar la fondue de queso y el verdadero chocolate suizo

El chocolate con leche se inventó allí.


4. Ver las famosas vacas suizas 

No estaría de más agradecerles el ser las artífices de los manjares anteriores y porque, según dicen, poca gente vive tan bien como una vaca suiza. ¡Y yo qué me alegro!


5. Darte un chapuzón en uno de sus lagos

No has estado en Suiza si no te has bautizado en sus aguas. Pero ACHTUNG! (¡Cuidado!) porque como diría Estela Reynolds : "El lago está fresquibilis, fresquibilis, fresquibilis".


6. Visitar los Alpes

Sentirse Heidi, tocar la nieve (aunque no haga falta subir tan arriba para hacerlo durante los meses de invierno), plantarse los esquíes o, como haría yo, evitar romperme algo con mi patosidad congénita y disfrutar de un chocolate calentito en el "Sprüngli" que de seguro habrá en el refugio.


7. Hacer senderismo 

El país está lleno de bosques, valles y parques nacionales. Genial para limpiar nuestros pulmones de la polución a la nuestras ciudades nos tienen acostumbrados.


8. Pasear por la Bahnhofstrasse de Zúrich (especialmente en Navidad)

En 2011, un estudio la clasificó como la calle comercial más cara de Europa y la tercera más cara del mundo. Para ser honestos, mi cabeza se la imaginó llena de bancarios paseándose en sus trajes mientras se abanicaban con fajos de billetes, y mujeres con tacones imposibles cubiertas de pieles.
Más bien, estaba llena de tranvías, grupos de asiáticos haciendo fotos, gente con prisa y la menda comiéndose un trozo de pizza, mientras dejaba perdida la capota del carrito de bebé con otro trozo, el primer día que la recorrió.


Algunas de sus tiendas:

 - Apple Store
 - Burberry
 - Bvlgari
 - Cartier
 - Channel
 - Dior
 - Giorgio Armani
 - Globus
 - Gucci
 - Louis Vuitton
 - Prada
 - Tiffany & Co.
 - Tommy Hilfiger
 - Trois Pommes
 - Zara

9. Navegar por un lago 
Mucha gente va en barco por mares y ríos, pero pocas veces podrás decir que fuiste en ferry por un lago con unas vistas que si no te quitan el hipo, es que no eres humano.


10. Darte un capricho nacional
Una navaja multiusos, una raclette, quesazos de los buenos, toneladas de chocolate, un reloj de cuco, un cisne o un banco. Deja eso de ahorrar a un lado y cómprate algo nuevo, rojo y con la banderita, ¡ESTÁS EN SUIZA!

domingo, agosto 23, 2015

37. Capítulo final

48ª Semana (27 al 30 Julio 2015)

"Au pair", "Nanny", "Babysitter", llamalo "X", pero con letra mayúscula, pues en la vida había trabajado en algo que fuese tan exigente, ni tan duro; pero, bueno, ya no me quedaba nada para terminar y, para qué engañarnos, me moría de ganas. Sí, claro que en algún momento, echaría de menos al pequeño demonio, pero también echaba de menos mi vida personal que, desde luego, ese trabajo me había arrebatado casi por completo.  

La semana, aunque corta, fue intensa, por lo que tuve 3 días finos filipinos, a cuál más agobiante. Fue la semana de las Olimpiadas del Caos:

 - Medalla de BRONCE al Lunes: Con una mañana poco prometedora en el zoo, la tarde me deparó una carrera a contrarreloj para conseguir finiquitar una serie de asuntos pendientes antes de que plegasen:

  • Cerrar la cuenta bancaria y transferir el saldo restante a mi banco en España:
    En realidad no fue nada complicado, me quitaron mi tarjeta y, en consecuencia, ya no podía acceder al e-banking, no me dieron ningún papel cómo que la cuenta se clausuraba y que el dinero se transfería... Eso sí, la chica era un encanto y yo después de preguntar si me tenía que dar algún papel y ella negar con la cabeza, me lo creí como una pava, hasta que 5 minutos después, en medio de la calle, se me encendió la parte racional que aún funcionaba en mi cerebro y me mandó a buscar algo que justificase que alguna vez en la vida tuve dinero allí. Otro chaval, con la misma amabilidad que
     la anterior, me dio una fotocopia del papel que ellos mismo se quedaban como que se cerraba esa cuenta y se enviaba el dinero, con una gran pega de la que me dí cuenta cuando todo empezó a desmadrarse en España: ¡NO PONÍA MI SALDO! Yo que tenía una idea aproximada, me empecé a rayar en el momento en el que tras una semana de espera, el dinero no llegaba. ¿Cómo demonios iba a demostrar yo que era justo esa cantidad la que tenía, sin contar, por supuesto, con el tipo de cambio?
    Fui al banco español para saber si tenían constancia de una transferencia pendiente de llegar. Pero, por supuesto, no la tenían y su solución fue la más pobre que me podían dar: llamar yo misma a Suiza, con el pastón que eso conllevaba, para preguntar... Gracias, banco de mier.. por tu, como siempre, útil cooperación. Olvídate de seguir jugando con mis ahorros en cuanto se acabe el plazo fijo ¬¬
    Tras una llamada de 10 minutos, la chica del banco suizo me dijo que tardarían un par de días más, pero que llegaría, no sin antes hacerme un interrogatorio de 3er grado, que poco más y ya no sabía si estaba hablando con mi ex banco suizo, o con la CIA.
    El desenlace, gracias a Dios, fue feliz, mi pelo casi se vuelve blanco, pero fue feliz, pues tras casi 2 semanas de espera, me llegó todo con una perdida de 60 euros y un tipo de cambio bajísimo, pero teniendo en cuenta que llegué al punto de pensar que jamás volvería a ver aquello que tanto sudor me había costado ganar, tampoco me importó.
  • Preguntar por qué el segundero del reloj nuevo de mi padre no funcionaba:
    Se agradeció que la respuesta fuese tan sencilla y rápida como que en las tiendas lo paraban a propósito para ahorrarle batería al reloj. ¡Fiuuuu!
  • Disfrutar del lago por última vez mientras devorábamos comida para llevar:
    Sin duda, mi actividad favorita del día, de no ser porque 30 minutos después de sentarnos, llamó mi jefe para...
  • Enseñar el estudio por 51ª vez en ese mismo momento:
    En realidad el error fue nuestro por no haber dejado todo recogido y simplemente haberle dado la llave a mi jefe para mostrarlo él mismo; en su lugar tuvimos un viaje en taxi de lo más peculiar. (LEER "Anécdota")
 - Medalla de PLATA al Martes: Ese día empezó fuerte desde el principio, con la llamada de la empresa de envío de la maleta para comunicarme que, por supuesto, mi paquete no andaba por Jamaica, como yo suponía, sino en la misma Zúrich, atascada en una oficina, mientras se llenaba de polvo porque la estúpida, no tiene otro nombre, que imprimió los papeles, no los rellenó con mis datos que aparecían en el email que le reenvié. ¡¿En qué cabeza cabe que mi maleta podía llegar a su destino sin los datos básicos?! Dios, qué paciencia...


Para quitarle hierro al día, esa mañana también me sucedió algo divertido durante mi excursión al parque de Zürisee y es que siempre había por la zona muchas guarderías con otros niños. Mi G que, de un tiempo a esa parte, se había vuelto la nueva Pelé con el balón, lo mismo que la nueva Bonnie (Bonnie & Clyde) por su maneras de mangárselos al personal, terminó atrayendo a un par de niñas de una guardería hispano hablante, que poco después se convirtieron en media docena cuando descubrieron que yo era española. En 5 minutos me convertí en la "líiiiiiider" de aquel séquito que me perseguía, mientras yo perseguía a G por todo el parque. Lo más divertido fue cuando visualicé la panorámica que debían tener las cuidadoras, cuando en una de esas, mi criatura se escondió tras un arbusto alto, con todas las niñas detrás y medio cuerpo mío sobresaliendo como el típico: "Hola, soy un camello, tomad niños estos caramelos".

Por la tarde, sin comerlo ni beberlo, al abrir la puerta de mi estudio que, como no podía ser de otra forma estaba patas arriba porque habíamos empezado a recoger, me encontré a mi casero, llave en mano y seguido de la misma secta de 6+1 que fue a ver el piso la última vez. Me quedé en plan, "Eh, ¿hola? Vienes a mirar si hay desperfectos o cómo" Pues no, el tío venía como Peter por su casa (nunca mejor dicho, ese era su nombre), sin avisar ni hostias, a lo español, a enseñarles el preparadísimo estudio para una exhibición porcina. Con una vergüenza insoportable tuve que ver como 7 desconocidos irrumpían durante mi tiempo libre en mi hogar para supongo plantearse si era espacio suficiente para las fiestas que se iban a organizar allí de ahora en adelante. La sóla idea me entristeció, seguro que no más que al casero que, en verdad, era demasiado bueno como para decir "no"; pero ver mi ex-casita destrozada me hacía daño hasta mi.
 - Medalla de ORO al MIÉRCOLES: 

  • Trabajar y despedir a mi familia de acogida
  • Organizar con la agencia de mensajería la recogida de los papeles para reenviar la maleta
  • Dejar el estudio totalmente impoluto para que el casero diese el visto bueno y le devolviese la fianza a mi padre de acogida
  • Tirar todo el reciclaje
  • Comer como si no hubiese mañana el resto de mi comida y la de mi familia "de alquiler"
  • Hacer mi foto de despedida
Esa era mi lista de tareas, claro que por cada una de ellas, hubo algo que las hizo harto complicadas:

  1. "Será un momentazo" dijeron, y ya lo creo que lo fue... Con todo el tema de las maletas, yo andaba esperando la llamada de la agencia para decirme la hora a la que se pasarían a dejar la maleta para luego recogerla (cosa que después de hablar con cabeza, se quedó en un "deja la maleta donde esta y recoge los papeles de mi casa, que traer la maleta pa' na es tontería". ¿Qué pasó? Pues que mientras los padres de G metían las cosas en el coche y la cría se quedaba conmigo en la casa, sonó el teléfono, lo cogí y en ésto que no hay manera humana de que no pase algo con la niña si estoy haciendo otra cosa que no sea vigilarla, y se metió un buen tortazo de despedida contra el suelo (suerte que había alfombra para amortiguar un poco), pero la madre que justo entraba por la puerta y que a esas alturas seguía sin aprender, pero que lo aprendería a base de bien cuando se tuviesen que encargar ellos, que los niños se caen, ¡JODER YA! (Que no se cuántas veces lo he dicho en este blog); lo vió todo y tras las palabras de siempre y unos minutos de rencor silencioso, estando todos listos, se despidieron de mí. El monito sin enterarse mucho de que iba la moto, el padre de forma familiar y la madre con más pena que gloria, mientras que yo lo hacía con una sonrisa en la boca. Había que ser felices, no jodas, todos íbamos hacia lo que queríamos, "Tú a Londres y yo a California", bueno no, pero casi.
    Además, qué coño, si alguien se puso realmente triste al despedirme, fue la buena mujer de la limpieza con la que compartí algunas confidencias, un sol eslovaco.
  2. Después de la partida, me tocó resolver lo de la maleta, como Dios mandaba, dado que tras la caída de la niña tuve que colgar precipitadamente. Todo parecía resuelto cuando me dijeron que de "15 a 18h" alguien vendría a recoger mis papeles. Pero, ¿qué pasó? Que pasaron de las 18h y tuve que volver a llamar para enterarme de que la orden había sido bloqueada y que emitirían una nueva. Al borde del infarto porque, de no resolver aquello esa tarde, estaría bien j...., se ve que se pusieron las pilas tras mi millonésima llamada y los recogieron media hora después.
    Aunque la cosa no acabó ahí, pues resultó que la maleta llegó antes que yo a mi casa cuando en realidad la esperaba para la semana siguiente. Cuando me llamaron para comunicarme que nadie había recibido el paquete (no había nadie en casa), me temí lo peor: de vuelta a Zúrich, pero oye, que no, que tuve, por fin, algo de suerte, y la maleta sólo estaba estancada en el aeropuerto español, ¡madre mía!
    También tuve problemas para abrir el maldito candado chino, pero eso ya era otra historia poco relevante.
  3. Digamos que el tema de dejar el estudio como nuevo, el reciclaje y otras chuflas generaron muchos conflictos entre mi novio y yo. Yo necesitaba la perfección y él se conformaba con un "el casero no se va a dar cuenta de si el suelo está sucio ahí" o si el congelador tenía un bloque de hielo más grande que el iceberg que hundió el Titanic. Pero nada que no se pudiese resolver con una tanda de besos posteriormente.
  4. Lo de la comida a cascoporro sí que fue de delito. Tener que deshacernos de mucha porque no podíamos acabárnosla toda, nos llevó a tener que tirarla a la única súper bolsa especial de basura que teníamos hasta que llegó al extremo de parecer la roca que perseguía a Indiana Jones y ahí ya podías ser tú bueno al "Tetris", que no había manera de meter ni una cerilla más. Así que tuvimos que meter el resto en una bolsa normal y tirarla a una basura pública a la mañana siguiente cuando fuésemos a coger el tranvía de camino al aeropuerto (que también casi nos dio un disgusto cuando, en todo el año que llevaba allí no vi semejante cosa como que se quedase nuestro tranvía y otro que venía en la dirección opuesta, bloqueados en una curva en el que "ni comían ni dejaban comer", ninguno de los dos. Inaudito, vaya.)
  5. Y para rematar la faena, se me antojó que no dejaría Suiza hasta que me hiciese una foto al estilo #followmeto como despedida. Me daba igual tener una sóla hora antes de que el casero revisase desperfectos y que los tranvías nos fuesen a llevar 50 minutos de ida y vuelta, que tuviese que pagar 2 tranvías para una sóla foto, que fuesen casi las 8pm y que el tiempo fuese, cuanto menos, deprimente. El caso es que el resultado fue mucho mejor de lo esperado, y ahora sí que me podía ir tranquila y satisfecha de vuelta a mi hogar.

A los días de volver, el destino hizo su parte y entonces comprendí que toda esa experiencia había sido el entrenamiento y el preludio de algo increíble, algo que toda mi familia llevaba 25 años esperando, la llegada de un nuevo miembro, me iba a convertir en tía. ¡Felicidades pareja! y ¡Hasta pronto, Zúrich!
NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

En todas las veces que mi novio había venido a visitarme había conocido a G, a mi padre de acogida, a la abuela suiza, a muchos de mis amigos y hasta el mejor amigo de mi jefa, pero nunca a ésta última, al menos, no literalmente. Y digo literalmente porque el lunes de esa semana, casi se produjo el encuentro cara a cara. La cosa no fue tan simple como que uno de los dos no se presentase, sino que estando en el mismo taxi, le fue totalmente imposible verla. 
Nosotros llegamos cuando mis jefes estaban ya dentro de uno con las ventanillas tintadas. Ella sentada tras el asiento del copiloto, mirando su teléfono cuya luz se reflejaba en aquellos cristales negros, él en el asiento de en medio, yo tomé el asiento trasero restante y mi novio no tuvo más remedio, o mejor dicho, la gran suerte, de quedarse en el delantero. Digamos que la situación era  un tanto incómoda pues la decisión de acoplarnos al taxi a última hora fue mía, aunque tenía un buen motivo: nueva visita al estudio cuyo estado era, para variar, de asco-pena y había que recogerlo para que lo alquilasen de una maldita vez y no tuviese que aguantar la chapa de mis padres postizos por ser una cerda descuidada. Entre que andábamos más apretados que las mallas de Falete, que el taxista dió más vueltas que un tornillo de rosca y que a mi jefa le dió por buscarle las cosquillas a mi pareja por rechazar una cena conjunta (Porque, como dijo él, ¡¿cómo osaba el novio gitano de su esclava rechazar su cena pagada?!), eso se convirtió en un viaje memorable de 30 minutos y 35 CHF. A la salida tampoco la vio porque en cuanto llegamos, los dos echamos a correr hacia el estudio para arreglarlo en los 5 minutos antes de que llegará el interesado (que al final resultó que ya estaba allí y era un grupo de 6 personas...). Así pues la cosa quedó igualita que en esas películas donde al malo nunca se le veía la cara. Simplemente, HILARANTE.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Helado "Magnum Pink Raspberry" 
 - Helado "Mövenpick - Maple Walnut"


3. Lugares visitados:

 - Establos y alrededores del restaurante "Adlisberg"
 - Puesto de comida rápida tailandesa "Kaimug box" (En Löwenstrasse)
 - Un taxi suizo 
4. Mis favoritos:

 - Helado "Mövenpick - Maple Walnut"
 - Coco natural "Coop"

5. Película de la semana:

 - "Tusk" NOTA: 5 (Le doy esa nota por el conflicto de emociones que me hizo sentir, aunque, por otro lado, su incoherencia y originalidad la hacen digna de ser vista)
MORALEJA: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". No lo hagas, es un consejo propio y del Ministerio de Sanidad.
Si os planteáis ser au pair, hacedlo sin leer demasiado por internet porque, o bien, os lo pintarán demasiado bonito, o, por el contrario, como algo nefasto; si de verdad, es algo que queréis hacer, simplemente hacedlo y sed vosotros mismos los dueños de una opinión propia.

"No te dejes esa espinita clavada toda la vida y haz todo aquello que tengas en la cabeza. No dejes de hacerlo por el qué dirán o porque ello suponga ir marcha atrás, porque un día, esa experiencia y ese aprendizaje será lo que marque la diferencia entre tú y esa persona que por conformismo nunca conoció la autorrealización." La que escribe este blog y que os desea toda la suerte del mundo en vuestros futuros proyectos.

Dedico este pequeño diario a mi familia, que desde un principio ha estado ahí para verme caer y levantarme. Pero sobre todo dedico esta última entrada a Cris y a Fredy por brindarnos a todos, al fin, una buena noticia, la mejor que podiamos tener. GRACIAS

domingo, julio 26, 2015

36. Misión imposible 2

47ª Semana (20 al 26 de Julio 2015)

Ahora entendía yo el por qué hicieron más de una película, porque Tom Cruise era igual de Paco o más, que yo. No había aprendido de la experiencia en Guernsey, había vuelto a dejar todo para el último momento y me tocaba hacer lo imposible para dejar todo bien atado antes de irme, aunque no todo dependía de mi, como el tema del papeleo (sí volvamos a ello).
Tras mi escasez de paciencia, abundancia de ansia y dependecia de otra persona para obtenerlos, después de más de un mes y medio esperando y sufriendo 1200 cortocircuitos internos, pude obtenerlos todos, y ésto le sugiero a todo el mundo que lo posea antes de marcharse:

1. Mis nóminas mensuales
2. Mis nóminas anuales (Cosa que jamás había visto, pero que según mi jefe eran algo común en Suiza y útiles a la hora de presentar la declaración de la renta)
3. Mi carta de referencias firmada
4. Mi "Certificado de empresa" o lo que es lo mismo, el papel que debía presentar en las oficinas de desempleo suizas para obtener el documento U-1 para computar mi tiempo trabajado aquí en España. Para obtenerlo, lo solicité por correo electrónico al consulado español, el cual se lo remitió a la sección de Empleo y Seguridad Social y una vez recibido en mi mail, debía imprimirlo, dárselo a mis jefes para rellenarlo y presentarlo en la oficina de desempleo, importante, el último día de trabajo.

Mis jefes me dieron libre la mañana del miércoles para poder ir al Stadthaus a desinscribirme del censo, lo que siendo Suiza, como era natural, no resultó ser gratis (30 CHF por una confirmación en papel).

Pero los papeles no eran mi única preocupación esa semana, sino que también lo eran el estudio y las maletas.
En cuanto al primero, hacía tantísimo que no había personas interesadas en él, que tanto mi novio como yo, nos habíamos limitado a vivir a lo cómodo, osea, todo desperdigado por ahí, hasta que mi padre de acogida me comentó que el último día mi casero se pasaría por él para comprobar que todo estaba en perfecto estado. Y como soy muy de adelantarme a los acontecimientos, agarré la mitad de productos de limpieza de la casa y durante mi descanso de 2h y media, nos dispusimos a limpiar sin prisa, pero sin pausa; cuando mi madre de acogida me llamó a falta de una hora para avisarme de que alguien quería ver el estudio y que tenía que hacer todo lo posible para que esa persona se lo quedase porque podía ser nuestra última oportunidad antes de marcharnos. Entré en psicosis, empecé a volverme super loca, a dar órdenes, a correr por toda la casa para acabar con aquel señor desorden que había aflorado allí. No quedaba casi tiempo cuando se me ocurrió mirar el teléfono y ver que la asistente personal de ésta me había mandado un whatsapp informándome de la confusión y de que vendrían al día siguiente. No sabía si quería llorar de alegría o por mis ganas de matar. Al menos, al final, no tuve que volver a trabajar esa tarde, porque si esas 2h y media habían sido mis 2h y media de descanso, mi perra era en verdad un unicornio y yo la Sirenita andando a 2 patas.

Después de arreglar el tema del estudio (que parecía nuevo, después de la matada que nos metimos), vino el siguiente problema: Vueling no me dejaba añadir una  maleta extra en mi billete; ¿su solución? Llamar a un 902 español. Llamé a su versión suiza, no obtuve más respuesta que la molesta musiquita de siempre, leí por Internet cómo podía hacerlo de otro modo, me acojoné al ver que a la mitad de las personas les habían tangado y, luego, leí que era más barato enviarla por correo. 
Me metí en un comparador de empresas de envío, una maleta de 10kg me salía por 47 euros en el más económico de los casos, pero el problema vino cuando al poner que quería que la recogiesen al día siguiente por la mañana, recibí la llamada de la empresa de recogida suiza, que me decía que tenía que imprimir no se cuántas mil chorradas; yo que andaba currando en ese momento y con una sóla hora antes de que viniesen a por ella a mi casa, empecé a desesperarme (¡¿pero qué le he hecho yo a este señor omnipotente para que me quisiera ver desesperada la mitad de mi vida?!), me eché a correr hacia mi estudio para coger mi portátil y llevarlo a la impresora de mis padres postizos, con tan mala suerte de que se me había quedado casi sin batería; apreté y apreté el botón de imprimir, pero ya sabéis cómo son esos cacharros infernales, que menos ayudar te hacen de todo, no salió nada y mi ordenador hizo "¡Puf!" mientras yo ya pasaba de todo y me iba corriendo a coger el tranvía para recoger a G de la oficina de su madre. En el camino llamé a la chica a la que le había prometido los papeles y le dije que, o me cambiaba la hora de colecta, o me era imposible la impresión; la chica se quedó toda descolocada, y al final se ofreció a hacerlo ella misma. Al ver mi cara de espanto al recoger a la niña, mi madre de acogida, me dejó terminar algo más del papeleo de la maleta que consistía en rellenar un papel para permitir a las aduanas abrir mi maleta para verificar que efectivamente se trataba de mis efectos personales. Para ser honestos, a la hora de poner el número de albarán de la empresa de envío y con los nervios, creo que puse el número incorrecto (había dos y no tenía ni idea de cuál era + en el valor de mis efectos personales, debería haber puesto 5 u 8 CHF, es decir un número muy bajo, mientras que yo, que no tenía ni idea de que con eso podían sospechar de que estaba exportando mercancía suiza de valor para su venta, puse 250 CHF). En fin, un señor caos, en el que mi maleta igual estaba en medio del océano y ni me lo imaginaba. Todo por las prisas...

Y claro, después de tantas emociones, más las horas de trabajo, cuando llegaba a casa, lo único que quería era dormir, lo que era muy triste teniendo en cuenta que debería haber estado saboreando mis últimos días por las calles de mi adorada Zúrich. Ni qué decir sobre mis ganas de salir por las noches. Para que os hicieseis una idea de mi nivel de cansancio, tuve que ver una película de 1h 40min en 3 días diferentes porque me era imposible mantenerme despierta durante tanto rato.

En el trabajo, pocas novedades, a excepción de que la niña ponía todo su empeño en caerse y darse más golpes ahora que en todo lo que llevaba de año.
Me despedí de mi otra gran amiga nanny, Hashinee con la esperanza de mantener vivo el contacto y estar pendiente de las nuevas sobre su próxima boda ^^ (Ya tenía casa en Sydney (Stella) y en Sri Lanka, y, por supuesto, ellas la tenían en España).

Y, bueno, aunque era domingo, con las mudanzas no existían los día libres, así que me tocó echar una mano ese día también; dejando mi casa de acogida lista para los nuevos inquilinos. Así que, lo siento por ti, Sócrates, pero tu "Sólo sé que no sé nada" no se me aplica porque yo "Sólo sé que TENGO SUEÑO"

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

"Ojalá tuviese residencia en Zúrich" eso es lo que le dije a mi familia de acogida cuando vi la cantidad de menaje y cosas geniales que estaban regalando a sus allegados. También era mi oportunidad para hacerme con muchas de ellas, pero divisando mi futuro poco prometedor con las maletas, debía evitar a toda costa quedarme con nada más. En todo ese tiempo había evolucionado de tener una especie de "Síndrome de Diógenes" a tener que decir que "No" a todo y eso, me frustraba. Claro que todos tenemos nuestras recaídas y en esas que me quedé con un Ipod y un Kindle entre otras cosas, porque quién le dice no a eso. 
Ahora que después de lo de la foto, terminé llevándome una bolsa enorme de productos higiénicos y estéticos demasiado caros como para dejarlos caer en una bolsa de basura. Pero aún así me contuve a mi manera y llorando por dentro dije adiós a "Lancômes" y otras mandangas. "Ojalá hubiese tenido una residencia en Zúrich...".

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - "Fanta" sabor mango 
 - Patatas fritas de bolsa con sabor a tomate y albahaca "Royal Chips"


3. Lugares visitados:

 - Stadthaus 
 - Paseo desde Zürichbergstrasse hasta Central (Pasando por Neptunstrasse, Minervastrasse, Gemeindestrasse)
4. Mis favoritos:

 - Patatas baby cocidas con queso raclette
 - Rodajitas de calabacín sofritas con cebolla, tomate frito y queso grana padano rayado 

5. Película de la semana:

 - "It follows" NOTA: 9 (¡MUY ORIGINAL Y OCHENTERA!)
MORALEJA: Los finales siempre se me dieron muy mal por mi mala organización, o muy bien por darle emoción al asunto, según cómo se vea.
No dejéis que vuestra casa parezca nunca el antes del "antes y después" de un anuncio de lejía "Estrella", es grotesco y vomitivo.
Mejor hacer las cosas con la calma, que si no acabas con la maleta en Filipinas.

"Lo imposible sólo tarda un poco más"

domingo, julio 19, 2015

35. Recuerdos de fieltro

46ª Semana (13 al 19 de Julio 2015)


¡Los sábados no se hicieron para trabajar! Y menos cuando después de la sofocante ola de calor que ahogaba a media Europa, daba un respiro con unas lluvias torrenciales, que ni el indio más rústico había presenciado en su vida.
Entre canciones "Rabiosa"s y "Loca"s, tachaba mis días, sin poder llevar a cabo mis tareas pendientes (papeleos, deshacerme de cosas que no podía llevarme por el tamaño microscópico de las maletas estándar...) por culpa del absorbente trabajo. Seguía sin tener mis nóminas y mi carta de referencia a pesar de haberlas hecho yo misma y eso me enervaba, MUCHO. Imprimir, sólo dale a imprimir y luego echa un garabato!!!!!

Las excursiones de la semana se resumían en una cosa: ZOO. Con la excusa de que la niña lo echaría mucho de menos cuando se mudasen, me hacían ir a él día sí, día también; con el poco aprecio que les tenía a los lugares con animales encerrados que se utilizaban únicamente para el entretenimiento y disfrute de los cromañones humanos, entre los que ahora mismo, me encontraba (por obligación). Podéis reíros, pero cuando la gente me preguntaba cuántas veces había ido a éste a lo largo del año, sabía que mi respuesta aproximada de 200 (mañanas y/o tardes), no era ni mucho menos una exageración, y eso era desesperante.

No llegué a comentar la semana pasada cómo fue la fiesta de mi padre de acogida. Fue estupenda si tu nombre no era el mío, claro. En cuyo caso, te encargarías de coordinar a todas las personas que desconocías para que la sorpresa no fuese un desastre, apenas verías la comida, deberías perseguir a una niña que sólo quería estar con sus padres y te llevarías bronca porque un gato le hiciese un arañazo de lo más superficial a la cría (menos mal, que los invitados sabían que si espachurras a un gato, al final éste se cabrea. "De la experiencia se aprende", decían, pero siempre estaba la que no aprendía que a los niños les pasaban cosas). Al final me fui sin probar la tarta y me tocó poner a G a dormir entre los ya habituales sollozos nocturnos. Menos mal que andaba cargada de paciencia ese día y la dormí en mis brazos.

Para ser honestos, la veía más receptiva en según que cosas, lo que hacía más fácil mi tarea, a excepción de la comida, que otra vez volvía a ser una auténtica pesadilla y más ahora que comía en su sillita sin la retención con lo cual no hacía más que pasearse por toda la casa. Y eso que decían que comer andando era malísimo... Vamos, que fue peor el remedio, que la enfermedad. Claro que sólo yo tenía prohibido el uso del móvil porque, mágicamente, los dibujos y móviles de sus padres no tenían los efectos nocivos de los míos... Y así lo pude comprobar durante 3 días seguidos...¡Ejem!

También me tuve que enfrentar a la ardua tarea de evitar que a la niña le picase una abeja o avispa en un parque que no tenía hierba, sino a cientos de aquellos bichos con el culo en pompa para ver si alguien caía encima; hacer el sprint más rápido de mi vida con un vestido largo y sandalias para impedir que un columpio le diese en todo el melón; pelearme con ella a diario para lavarle los dientes (joder, es que era increíble lo poco que le gustaba la higiene a esa niña), intentar que la casa de mi familia pareciese un modelo de la revista "Casa Viva" con el torbellino dejando devastación a su paso; ayudarles a preparar las cosas para la mudanza (Donando cosas, tirando otras, subiendo otras al trastero...) Sólo diré que la habitación de G pasó de parecer un campo de batalla, a una de esas habitaciones acolchadas de hospital psiquiátrico donde no hay nada más que blancura por doquier. Ojalá hubiese estado así todo el año, hubiese sido una bendición visual, total, a la niña le dabas un globo y se podía pegar con él más tiempo que con cualquier otro juguete que jamás hubiese tenido.
Eso sí, durante la limpia pasó algo muy decepcionante. Entendía que se tuviesen que quitar la mayor parte de cosas, pero que no se quedasen con lo único que podía recordarle a G sobre mi (un nubecita de fieltro que le hice antes de venir), me rompió el corazón en mil pedazos. Además, lo escondieron para que no viera que lo estaban donando... Como no quería generar una situación incómoda, me límite a aprovechar uno de los momentos en los que ninguno de los padres estaba en el piso para rescatarla y llevarla conmigo de vuelta a España. Si para ellos no era importante, para mí sí que lo era, me iba a recordar mi periodo aquí, todo lo que había aprendido sobre bebés y cómo el día que me convirtiese en madre estuviese donde debía estar; y ese recuerdo en tela, esa experiencia, no se la iban a dar a nadie, mientras viviese.
Durante mi tiempo libre, probaba los lujos suizos (ir al cine), me despedía de mi amiga aussie, acudía a una nueva barbacoa, vendía mis llamativos zapatos de tacón con cierta pena, me desesperaba al ver crecer la capa de mierda en el suelo de mi estudio (es lo que tenía no disponer de un aspirador propio, que esperaba hasta que la vida humana se hiciese imposible para transportar el bicharraco succionador desde la casa de mi familia de acogida a mi estudio), pero sobretodo, vivía mis días más feliz porque, aunque nunca hubiese estado sóla, ahora me sentía más arropada que nunca.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

No entendía nada. Era la tercera visita de mi novio a Zúrich y la niña había tenido sentimientos totalmente contradictorios durante cada una de ellas:

Primera: Timidez y pasotismo
Segunda: Enchochamiento
Tercera: Manía

Y es que, sin comerlo ni beberlo, si alguna vez, mi pareja nos acompañaba a los paseos rutinarios, la niña se ponía como una loca si él me ayudaba empujando el carrito, me daba la mano o sostenía mi bolso. ¿La razón? Inexplicable. Teniendo en cuenta que durante la segunda visita, no hacía más que ir con él, pensaba que en esta tercera estaría súper feliz de volver a verle. Luego, tenía sus ratos simpáticos de reírse con él, pero si de algo me había percatado era que se había vuelto una posesiva con sus cosas de agárrate y no te menees, entre las que yo me encontraba.
Y en uno de sus ataques de ira rabiosos, nos olvidamos su muñeco y un bolsito en medio del bosque. Cuando quisimos darnos cuenta, ya estábamos prácticamente fuera de éste y como yo era muy testaruda y muy responsable, nos obligué a los 3 a volver a buscarlos sin saber muy bien por dónde, por no comentar que no estábamos muy seguros del camino por el que habíamos ido y que era todo una maldita cuesta arriba infernal. Al final, los encontramos intactos y todos pudimos volver, sudando, sanos y salvos a casa, con la tarea por delante de preparar unos calamares rebozados.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Bayas de Goji
 - Barritas de cereal de trigo integral "Weetabix" con leche y Nesquick


3. Lugares visitados:

 - Cine "Corso" - "Jurassic World"
 - Cementerio Fluntern
4. Mis favoritos:

 - Pizza Mozzarella "Finizza" (Migros)
 - Chai Latte instantáneo "Chai Experts - Indian Spiced Tea"
 - Smoothies de todo tipo (¡Viva el cóctel de vitaminas!)
 - Cine "Corso": Mi primer y último cine en Zúrich (Los lunes es más baratos-15 CHF, frente a los 20 CHF del resto de la semana, sin palomitas ni na'. Recomendación: Ir al "Coop" y comprarlas por menos de 1 CHF la bolsa)

5. Película de la semana:

 - "Jurassic World" NOTA: 8 (La película es muy entretenida, visualmente y en 3D impresionante, ahora que hay muchos "¿Por qué?" en toda ella, cómo el ¿Por qué no te quitas ya los tacones, bonita, que estas a punto de correr los San Fermines y vas a lo "antes muerta que sencilla"? Le doy esa nota porque tiene un significado importante en mi relación y porque han recuperado el sonido de los Velociraptores originales, cosa que se agradece infinitamente)
 - "Horns" NOTA: 8.5 
MORALEJA: ¿Por qué me sorprendía verles dando mis cosas a otros cuando yo fui la primera en aceptar los regalos que otros les habían dado?
Las personas que visitan mucho el Zoo de Zúrich corren el riesgo de transformarse en pavo real y asustar a los demás visitantes. Andad con cuidado.
Cuando veáis que vuestros padres de acogida hacen algo que a vosotr@s os han prohibido expresamente, abrid la llave del gas y encended una cerilla, o, mejor, joderos en silencio y respirad muy hondo, será mejor que acabar la experiencia en una cárcel suiza, espera, ¿qué?

"Conservar algo que me ayude a recordarte, sería admitir que te puedo olvidar" - William Shakespeare

domingo, julio 12, 2015

34. Mix emocional

44ª y 45ª Semana (29 de Junio al 05 de Julio 2015 & 06 al 12 de Julio 2015)

En la vorágine de sentimientos encontrados que sentía en la recta final de mi aventura, éstos fueron algunos de los que experimenté durante esas dos últimas semanas:
    • GRATITUD: La abuela materna regresó de nuevo a la casa para, no sólo quedarse con G mientras sus padres se iban a otra boda, sino para hacerse cargo de un bebé de 3 meses que, sin comerlo ni beberlo, su hija le había endosado como tarea el cuidar (Suerte tenía que a la mujer le encantaba cuidar niños, que sino...) Para mi aquello suponía una alegría porque la abuela había pasado de ceder ante todos los caprichos de su nieta, a educarla respondiendo con la ignorancia a sus llantinas sin fundamento. Además me trataba con mucho cariño y era una gran cocinera.
      Sólo hubo un pequeño gran percance y es que, en mi eterna bondad por compartir mi secreto de los dibujos animados con ella (lo cual ella vió como la Gran Revolución del Siglo), los padres de G la pillaron y, desde ese momento, me prohibieron encarecidamente el uso de móviles cerca de la niña. Lo que derivó en una cría que no se quedaba quieta en su sitio, que apenas comía y en una conversación muy desagradable con su madre acerca de cómo los dibujos animados podían convertir a una niña en, atención, ¿AUTISTA? Vamos, que creo que su argumento sobre que éstos le estaban fastidiando los ojos, se había quedado obsoleto y tenía que buscar nuevas excusas para hacer la vida de su au pair más insoportable, si cabía. Justo ahora, que la había entrenado para acabarse los platos con el "Si no comes, te quito la película".
      Y para que conste en acta, la abuela siempre estuvo de mi parte.
    • DESESPERACIÓN & FRUSTRACIÓN*: Había decidido que con la insufrible ola de calor que asoló Zürich la primera semana, iba a cambiar el planning por el bien de G y mío, y en lugar de ir al bosque, me la iba a llevar a un parque donde tenían una piscina para niños. La broma vino, cuando siendo la primera vez que hacía una actividad  relacionada con el agua, la niña que tenía más mala suerte que DiCaprio en el Titanic, se cortó en un área poco probable, con algo todavía más improbable; o lo que es lo mismo, que nadie supo nunca qué demonios le pasó ahí abajo, pero empezó a sangrar aquello que ni en las películas de "Saw" había visto yo tanta sangre. Como era natural, se montó el lío padre: la niña llorando mientras la abrazaba y mi compañera au pair, que por suerte, estaba allí, le limpiaba la herida con agua y le colocaba, sudando la gota gorda, una tirita para parar la hemorragia. Al principio, me asusté muchísimo porque nos fue imposible verificar la gravedad del corte y porque no podía caminar, pero mágicamente al rato, volvió a su ser, jugó, se dejó desinfectar la herida sin grandes dramas y lo que fue más curioso, se dedicó a alardear de su pie por Skype con su tía y con su madre (*¡Qué vaya tela, la que me lío la señora con el cambio del planning y el que si yo no estaba atenta! No voy a hacer comentarios al respecto porque no los merece... Estoy muy orgullosa de mi reacción y de mi buen estar ante situaciones así. Nada más que decir)
    • DESCONTROL - ASCENSO Y CAÍDA: Era el fin de semana del festival "Caliente" (música latina), y, después de volver a ver "Gandía Shore" para no contar los días que me quedaban en Zúrich, tenía más ganas de desfasar que de respirar. El ansia y el beber con  un ruso (que tampoco ayudó mucho) me llevó a acabar por los suelos en una hora. No sé si sería el que nos acabamos una botella de "Absolut Vodka" entre tres en menos de una hora o que mis pitillos estaban literalmente convirtiéndose en parte de mi pierna de los justos que los notaba, pero el caso es que esa noche, tuvieron que dejarme en mi casa, meterme en la cama y recordarme al día siguiente qué paso en el transcurso de estar bien, a estar dándolo todo al lago zuriqueño. (Porque, ¿quién quiere recordar el haber ido a un baño público y haberse puesto a vocear en ¿inglés? improperios por la lentitud de la micción suiza?)
    • APOYO, AMOR & AFECTO: Con tanto sube y baja, necesitaba un héroe, y allí que apareció, mi pareja. Yo es que siempre he sido un poquito monguer para hacerme bien con un final de temporada como era aquella, y entre que me veía que ya no podía más, y que andaba saturada con el: ¿y yo cómo c*** me llevo todas estas cosas de vuelta? ¿cómo me arreglo yo sóla con todo el papeleo cuando en mi familia de acogida no me dan una mañana de entre semana libre para ir a las entidades públicas y TODAVÍA ME FALTAN MUCHOS PAPELES? etc..., su visita fue mi bendición.
      Además, me había auto convencido a mi misma de que el primer baño en el lago era algo muy especial, como mi bautizo en la ciudad, y quería hacerlo con él.
      Sin duda, esta visita fue de las más importantes, más que nada porque trajo una maleta llena de comida española :P
    • FELICIDAD SUPREMA: Con lo poquito que me quedaba en el convento, y seguía conociendo gente que merecía mucho la pena. Así el sábado por la noche, acudí a mi primera barbacoa en Suiza organizada por Daniel, el chico ruso. Que mi comida fue cualquier otra cosa, menos barbacoa, sí, pero el concepto en sí me hizo volver a aquellos tiempos en los que tenía una vida además del trabajo y el ordenador. Allí tuve la ocasión de jugar a uno de los juegos más divertidos que existen: "Cards Against Humanity" que consiste en que una persona lea una frase que hay que completar y cada jugador tiene 10 cartas con respuestas de lo más grotescas de las que debe elegir la más loca, para conseguir como resultado la frase con más guasa de todas. El que gana cada ronda, debe, después, leer la frase que los demás deben completar. Aparentemente, los chicos tenían más sentido del humor que nosotras. Y eso que yo pensaba que mi mentalidad divergente, era difícilmente superable. Obviamente, me equivocaba, pero yo, quiero ese juego en mi casa.
Ahora, me voy a la fiesta sorpresa de cumpleaños de mi padre de acogida, a ver que sentimientos me depara ésta porque, de momento, el tener que ir siendo Domingo me está dando: pereza y mala gana. Corto y cierro.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

Después de casi 3 meses, por fin, tengo la resolución de mi llave perdida. No es que haya aparecido mágicamente ahora y de la nada, no; lo que pasa es que ahora que voy a dejar el piso, al casero se le encendió la bombilla y tras repetirle que necesitaba una autorización para conseguir una nueva llave registrada, le comenté que iba a ser más sencillo que fuera él y nos ahorrásemos el tener que hacer un documento oficial de autorización (osea pagar por algo que se podía evitar). El caso es que al final fue él con todos sus documentos y en la tienda lo que le dijeron es que al ser llaves registradas (número limitado de copias), verían si la broma me iba a costar 64 francos (llave) o 160 francos (cambio de cerradura), bueno, al menos, no eran los 600 con los que alguien me asustó en un principio.
Tras un par de días con la mosca detrás de la oreja, me mandó el veredicto en forma de mensaje. Y fue el siguiente:

"La audiencia ha decidido con un 99.99% de los votos (porque siempre hay algún hijo de p*** que goza con el sufrimiento ajeno), que Paula debe abonar......
¡64 francos suizos!" 

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Galletas "Ovomaltine"
 - Zacusca casera (Típico de Rumanía)

3. Lugares visitados:

 - Pub "Oliver Twist"
 - Zürichsee (¡Mi primer baño!)
 - Barbacoa en una urbanización estudiantil de Universidad Irchel

4. Mis favoritos:

 - Galletas "Ovomaltine"
 - Leche con Nesquick (Dios, cómo lo he echado de menos) - Bocadillo de nuggets vegetarianos con ketchup
 - Mix de frutos secos "Hacendado"

5. Película de la semana:

 - "Posdata: Te quiero" NOTA: 9
MORALEJA: Contra menos tiempo te queda en un sitio, más lento pasa éste (siempre y cuando hablemos del trabajo, claro)

"Las emociones, igual que las olas, no conservan mucho su forma individua" Henry Ward Beecher

domingo, junio 28, 2015

33. Cara o cruz

43ª Semana (22 al 28 de Junio 2015)

Yo creo en el destino. Sí, creo que todas las cosas pasan por una razón. Así que dejé a éste actuar a su antojo, sin intervenir, aunque, internamente, me moría de ganas. 
Agosto era esa moneda en el aire esperando a caer sobre su cara o su cruz, siendo su cara el marcharme a casa un mes antes de lo previsto; y su cruz, irme con ellos a Estados Unidos ese mes.
Dejé que fuese mi familia de acogida la que me diese el veredicto final, aunque mis deseos tendían imperiosamente a querer a volver a España. De todas maneras, era gracioso, pues nunca hubiese barajado la opción, de no haberla propuesto ellos.
Sí, me moría de ganas por intervenir, pero no quería ser yo el monstruo desagradecido que dijese: "Ahí os quedáis".
Dejé esa moneda haciendo piruetas hasta el viernes... 
El martes fue especial porque me decidí a llevar al "bicho" sin carrito hasta un parque infantil. Pensaréis que no tenía mérito, pero lo cierto es que siendo que no quiere ir más que hacia el sentido contrario al que tu vas y teniendo que coger un tranvía, con lo nerviosa que se ponía siempre en él; algo de estresante sí que era. Pero se comportó bastante bien, aunque partes del trayecto me los tuve que tragar cargándola cuesta arriba, di que, al menos, el viaje sentada en el tranvía fue un éxito sin percances, excepto cuando salió despedida por los aires...¡ES BROMA!

La semana estuvo plagada de visitas inmobiliarias, ya que tanto mi familia, como yo, estábamos en proceso de alquilar nuestros espacios íntimos. Así que, cuando vinieron unos señores a ver el piso, me tocó entretener a la niña mientras los padres les hacían el tour, y en esas que la niña agarró una barrita de chocolate de juguete, osea que de chocolate nada, todo plástico, y empezó a arrancar trozos del envoltorio con los dientes. La cosa hubiese sido tan sencilla como quitarle la dichosa barrita, pero claro, con aquella gente allí, lo último que quería era que montase un chocho, así que me limite a mirar como lo despedazaba, con la esperanza de que no se tragase ninguno de aquellos trozos. 
Yo también tuve 2 visitas en mi estudio, aunque hubiese tenido 4 de no ser porque mi casero, ese que parecía majo, pero que luego resultó ser un tacaño que no pagó ni el fluorescente fundido del baño, no quería perros.
Así que, tenía pinta de que pronto obtendría mi título CCC de agente inmobiliario, ¡Cómo si no tuviese ya suficiente trabajo! Al menos, mis jefes habían vuelto a las buenas costumbres de felicitarme por mi buen hacer, aunque ignorasen por completo mi insistencia con el papeleo. De verdad que no entendía que les contase tanto devolverme alguno de los favores... 

Mis nervios aumentaban al aproximarse el final de la semana sin comentar que no quería irme por miedo a generar una situación inestable en lo que me quedaba de convivencia, aunque tuviese a todos mis conocidos animándome a ello. El conflicto interno entre contarlo o dejar que pasase lo que tuviese que pasar, fue tan desmesurado, que indirectamente, hice trampas al involucrar a la abuela paterna a la que tenía de mi parte, comentando las ganas de tenía de estar con mi familia. Pero su intervención llegó tarde, cuando la decisión ya estaba tomada.
Además de todo ese lío, se aproximaban otros eventos: el cumpleaños de mi padre de acogida, una nueva boda (esta vez en Italia, por lo que la abuela materna volvería a Zúrich) y dos viajes paternos en sólo un mes. Es decir, una auténtica locura.

... El viernes, tocó la moneda, por fin, el suelo... Me limité a escuchar lo que me tenían que decir, mi corazón no se paró durante el segundo crítico, recibí la noticia de buen grado, quizá haciéndome un poco la mártir para no levantar sospechas, porque ante todo quería que se me recordase como hasta ahora, como la gran ayuda que había sido y no como la que les dejó en la estacada, que es lo que hubiese pasado de haberme plantado delante de ellos con un "No quiero ir y no podéis obligarme". Dejé al destino actuar y el destino me dió "Cara".
Todo ese nerviosismo desapareció sistemáticamente, empezaron a pasar demasiadas cosas buenas a la vez: la chica por la que más había llorado en mi vida al perder su amistad por circunstancias de la vida, había reaparecido para encontrarnos cuando volviese a España, después de 2 años; mi novio (que había vuelto a casa) me contó que ese pendiente que perdí en Diciembre en Lituania, había aparecido como por arte de magia en el tren de Barcelona a Zaragoza; también, celebrando la noticia el viernes por la noche, tuve la oportunidad de conocer a fondo a otro alter ego, pero esta vez australiano, Stella. Fue tan divertido que hasta el chico que venía con nosotras reconoció que no sabía si habíamos estado las dos trabajando para la misma familia, eramos la misma persona en universos paralelos, o una de las dos era un fantasma; y de vuelta a casa, me encontré con el gatito negro más adorable del mundo, que me siguió hasta el estudio donde, no sé si será por los clichés o qué, le di leche, abandonándome seguidamente.

Y aquí estoy, ahora, con un billete de ida, sin retorno, al sitio que me ha visto marchar ya dos veces, al sitio del que, aunque a veces necesite desconectar por un tiempo, siempre vuelvo; al único sitio que por la gente y mis sentimientos, puedo llamar: HOGAR.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:


El lunes estábamos, G y yo en nuestra rutinaria excursión en el zoo, cuando jugando en los columpios, apareció un equipo con cámaras. Al rato, una mujer se nos acercó a todas las madres y personas al cargo de los niños para preguntarnos si nos importaría que grabasen a los niños para un documental sobre el zoo, a lo que, obviamente, contesté muy profesionalmente:
"A mi no me importaría, pero dado que no soy su madre, sino su au pair y no cuento con el consentimiendo paterno, no".
Así que, ya sea para bien o para mal, si monito tenía que ser famoso un día, esa no iba a ser su gran oportunidad.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Chocolate blanco sabor crema catalana "Frey"
 - Bebida de coco "Pearl Royal"


3. Lugares visitados:

 - Callejeando por Zúrich
 - Restaurante "Lily's Stomach Supply" (Gasto medio: 27.50 francos)
4. Mis favoritos:

 - Pan tumaca con aceite de oliva (El de toda la vida, vaya)
 - Pan oscuro tipo bollo recién hecho de "Spar"
 - Chocolate blanco sabor crema catalana "Frey"
 - Bebida de coco "Pearl Royal"

5. Película de la semana:

 - 3ª temporada de "Orange is the new black" NOTA: 8
MORALEJA: Plantad cara, desde el principio, a vuestras familias de acogida, antes de que conviertan vuestras vida en una cruz. El miedo es un mal compañero, yo no supe imponerme y, por ello, desde que estoy aquí, he dejado al sino elegir por mí.  
Hogar es aquel donde está el corazón.