domingo, octubre 12, 2014

6. Pesadilla de una noche de catarro

6ª Semana (6 al 12 de Octubre 2014)

El sábado de la semana anterior vinieron a darme la bienvenida al barrio, primero, la madre de mi familia con unos dulces y, una hora más tarde, el vecino del estudio de al lado con una tableta de chocolate y lo que es aún mejor, con la clave de su wifi, pero sin pedírsela ni nada (eso sí que es una bienvenida y lo demás tonterías, me río yo de los que traen un bizcocho sin más). Me pareció raro, pero, bueno, quién soy yo para negarme. El caso es que al día siguiente alguien llamó a mi puerta a las ¡12pm! Pensé que sería el vecino, nunca lo sabremos porque no abrí, más que nada porque estaba en la cama y pasaba, luego, caí en que un par de días atrás había leído en la prensa suiza que habían asesinado a una prostituta polaca no sólo en Zúrich, sino en el hotel que estaba relativamente cerca de mi casa y del que ya os he hablado con anterioridad. No, si aunque Suiza quiera ser neutral y perfecta, tarados hay por todas partes, así que ahora me ando con ojo.

Luego estaba eso de que currar el domingo de la semana anterior hacía que empezar ésta fuera un trabajo muy duro, sobretodo, cuando por algún motivo en mi planning semanal no aparecían mis 2 clases de alemán, y en su lugar había 2 "babysittings" (¿Recordáis cuando a Lisa y Bart Simpsons los llevaban sus tías a los Jardines Duff y Lisa se emborrachaba y perdía la cabeza después de beber un sorbo del "agua" de una atracción? Pues, básicamente, mi reacción al verlo fue la misma) Luego, la cosa se arregló, pero por unos minutos, me perturbé... mucho.
Al final, tuve la charla seria con el padre y todo fue como la seda, un amor de persona, elogió mi trabajo y eso siempre se agradece infinitamente, así que espero que de ahora en adelante las charlas me las dé él.
También se me confirmó que el 14 de Noviembre iría con ellos a pasar un fin de semana a Berlín. Con lo que a mi me gusta organizar, me encomendaron la tarea de buscar los lugares que visitaríamos para aprovechar el tiempo que íbamos a pasar allí, y creedme soy una crack en eso de verme media ciudad en 2 días. Además, me adelantaron que planeaban otro mini viaje a Milán.

El martes por la mañana me puse a dieta y el martes por la noche la dejé. Lo cierto es que es comprensible porque, ¿quién en su sano juicio viene al país de chocolate y no lo cata?
Y debe de ser del hambre que llevaba ese día que, para una vez que podía llegar a tiempo a mis clases de alemán, se me fue la pinza y cogí el tranvía en la dirección opuesta con el nefasto resultado de llegar media hora tarde otra vez (Esta claro que lo de ser guía turístico ni me lo planteo porque igual empiezo a explicar algo sobre la Torre Eiffel y terminamos llegando a la Estatua de la Libertad, cruzando charco y todo)
Mientras volvía a casa ese día, me enteraba de la noticia del Ébola en España. Desde ese momento, empecé a mirar todos los periódicos a los que tenía acceso, pero, claro, no entender alemán era un problema, así que lo único que conseguía con eso era emparanoiarme. 
Luego ya la gente en sus Facebooks, terminó por degenerar mi caos interno, pero eso es algo que no viene a cuento.

El miércoles descubrí que eso de que te digan cosas los obreros no era algo "made in Spain", sino que aquí lo hacen igual, sólo que dudo que los que estaban gritando fuesen suizos, demasiado recatados como para hacer semejante "locura".

El jueves, por fin, acordé con mi familia de acogida que tendría una tarjeta anual para el tranvía (me libré de tener que manejar aquel tanque que ellos llamaban coche, quitándome, así una preocupación de la cabeza), y de ese modo, dejaría de vivir en la constante incertidumbre de saber si aun me quedaban viajes en el "tram ticket" o si lo había sellado o no.
También se me ocurrió la feliz idea de que a la mañana siguiente crearía mi propio híbrido, mitad suizo, mitad español: la Tortilla de Röstis y la llamaría "El monstruo de Frankröstin". Hubiese sido totalmente perfecto si, como dijo un amigo mío, la hubiésemos podido acompañar con un "zumo de higors" (¡Brutal!) El resultado fue de 10, así que animo a todo el que quiera ahorrarse media hora, a probar esta manera de hacer una tortilla de patatas.

El viernes sucedió, con diferencia, lo que más trabajo me dio de toda la semana y por eso he querido titular esta entrada así. Veréis, estaba yo haciendo de niñera cuando puse a la niña en su cuna para dormir, pero había dos cosas que iban a hacer de ese baby sitting una tarea religiosa, más que nada, porque lo que hice al final fue rezar:

- La primera era que la niña había dormido 2 siestas, una hacía como menos de 2 horas.
- Y la segunda, es que volvía a estar resfriada. No sé como lo hacía pero cogía todo lo que podía, 2 veces en un mes, demasié y eso que yo siempre le ponía 20.000 capas de abrigo.
Y en esas que me embarqué yo en la misión hercúlea de conseguir cerrarle los ojos porque los tenía como platos. Se ve que entró en pánico de no poder respirar (que yo la entiendo), y no se dejaba arrastrar por el "Sueño de Morfeo". Para más inri, la madre quería hacer aquella noche una tarta de calabaza y me pidió si cuando se durmiese la niña la podía pelar, cortar y rayar para dejarla en azúcar y canela hasta que volviesen. Yo que nunca he hecho semejante cosa, me vi envuelta en mi segunda misión imposible.
Una vez que conseguí zafarme de la primera, me puse manos a la obra con la segunda, peleándome con aquel ser anaranjado que tenía todas las de ganar. Conseguí arrancar un cuarto de ella, la pelé y lo de rayar fue lo gracioso, pues la cocina estaba justo enfrente del cuarto de la niña; empecé a rallarla y me dí cuenta de que estaba armando más follón que Pocholo un día de fiesta y un taladro percutor juntos. 
Lo que hice después no se lo recomiendo a nadie, me encerré en el baño más pequeño y empecé a rayar como si no hubiese mañana con el resultado de dejarlo todo como si el váter hubiese vomitado "Cheetos" por todo el suelo. Al final, me dí por vencida, acabé de rayar ese pedazo y el resto de la calabaza se quedó ahí muerto de risa con un cuchillo clavado de pelearme con ella.

El fin de de semana fue casi todo él mi tiempo libre y decidí que ya iba siendo hora de abrir mi cuenta bancaria, pero cual fue mi sorpresa cuando me topé con que los bancos suizos también cierran, ¿pero cómo es posible, yo que los tenía en semejante pedestal de la perfección bancaria? En fin, se me cayó el mito y fui paseando el dinero como quien pasea a su perro.
Como no quería hacer el viaje al centro en balde, me fui a una tienda de telefonía para que me informaran del precio de una tarjeta sim ya que la mía española volvía loco a mi pobre Samsung y no hacía más que obligarle a reiniciarse sin control. 
Lo cierto es que no me pude creer que terminase saliendo de la tienda sin información, pero con una tarjeta sim GRATIS (Joder con Suiza, cobran el pan, pero no las tarjetas móviles), así que acabé con uno de los mayores problemas que había tenido desde que llegué al país. Ahora estaría bien que la cámara (del teléfono) que uso para hacer mis fotos, dejase de hacer las fotos y vídeos desenfocados aunque igual tiene algo que ver que la niña estuviese mascándolo el otro día cuando en un despiste ví que ya no lo estaba zarceando sino metiéndoselo en la boca...
El domingo como ya estaba harta de los humanos, se lo dediqué a las flores y me fui al Jardín Botánico con el mejor de los tiempos primaverales, espera, calla, si estamos en otoño, ¡qué avanzados están estos suizos, realmente controlan eso del tiempo, son capaces de saltarse hasta las estaciones!


NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota

El jueves, mientras hacía el habitual trasbordo de tranvías y me tocaba esperar 7 largos minutos en la parada frente al Hospital Universitario, al son de "Money for nothing" de los Dire Straits de una fiesta universitaria a un par de casas más abajo, tuve la gran suerte de ver algo que desde que estoy en Zúrich he querido ver, pues parece ser habitual aunque no tanto en las zonas urbanizadas: vi a un travieso zorrito colándose entre los jardines del hospital. El día que deje Zürich, ya lo puedo hacer tranquila.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Tostas con pipas de calabaza y queso "Coop"
 - Zumo de arándanos : Un consejo, beber sólo si se va a disfrazar uno de Pitufo o Avatar porque, bueno, creo que está claro...
 - Membrillo, la fruta
 - Té negro "Lipton: London Earl Grey"
 - Tarta de calabaza casera
 - Tortilla de patata y verduras "Globus-Delicatessa"

3. Lugares visitados:

 - Rigiblick y bosques de los alrededores
 - Acueducto (en Limmatstrasse)
 - Jardín Botánico y alrededores (¡Qué casas!)
(El Jardín)
(Y sus alrededores)
4. Mis favoritos:


-Leche con chocolate: 
1º) Coger una tableta de chocolate con leche y partir dos líneas, calentarlas al baño maría, en el microondas o en una cazuela hasta que se funda (si no se hace al baño maría, cuidado porque se quema fácilmente y luego apesta todo que es un primor).
2º) Ir añadiendo la leche poco a poco, calculando que no vaya a llenar la taza entera.
3º) Una vez que está la leche y el chocolate bien mezclados, ponerlo en una taza y añadir 1/4 de leche fría de la nevera para templar. ¡Listo!
Parece una estupidez, pero, hasta ahora, sólo había tomado Cola Cao y Nesquick, y ésto es como de otro mundo)
 - Escalopes con pimientos al limón "Delicorn-Coop"
 - Escalopes con queso fresco y hierbas de la Provenza "Delicorn-Coop"

MORALEJA: Si pensáis cocinar calabaza, contratad antes a un samurai para que os la trocee. Vais a ganar en tiempo y en salud. Y si queréis que vuestros niños se duerman cuando se ponen difíciles acordaos de rezar 50 "Padres Nuestros" y 100 "Ave Marías" y luego, rogárselo a Dios, a María, a José, a Jesucristo y al Fary: FUNCIONA.

"Quien no llora, no mama" - Refranero popular

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