domingo, junio 21, 2015

32. Una boda y un funeral

42ª Semana (15 al 21 de Junio 2015)

Grüezi! Ich heisse Aroleia und ich habe heute une neue Geschichte für Sie.
(¡Hola! Me llamo Aroleia y tengo, hoy, una nueva historia para ustedes.) 
Una frase en la que con toda seguridad el orden, el género y alguna palabra estará mal escogida, así es el alemán, tan complicado como una mujer, tan frustrante a la hora de aprenderlo como un gol en propia puerta y tan duro al oído como un pan barato del Coop (su secreto es la elaboración con harina de piedra).

Era lunes, sí, volvía a ser lunes, ¿cómo era posible? Ni idea, yo creo que las semanas tenían días repetidos... Llovía a pozales, echaba un "Fast and Furious" contra el tranvía que el muy mamón decidió hacer su aparición estelar cuando yo todavía pensaba si abrir el paraguas sería una buena opción teniendo en cuenta que bajar una pendiente con un carrito y una sóla mano, era más arriesgado que hacer snowboard vestida de faralaes. 
Se ve que la meteorología había dejado a media población zuriqueña con cara de habas, y mi criatura no quería ser menos, así que, digamos, nadie tuvo su mejor inicio de semana.

En mi caso, la culpa no la tuvo tanto la lluvia, como mis grandes dotes para la limpieza, nada torpes, sólo conseguí hacer trizas una de esas placa de enchufes que va adosada a la pared, justo cuando los primero interesados en mi adorable estudio iban a hacer una visita al día siguiente (sí, ya era oficial, mi estudio estaría disponible en Agosto, ¡noooooo, mi sagrado templo, el que cuando piso ya no tengo que mirar si me descalzo antes de entrar, en el que puedo salir y entrar sin hacer el ninja para no despertar a G, en el que puedo dejar crecer una nueva vida en el suelo, en la cocina o donde sea porque nadie me lo va a echar en cara); pero eso no fue todo; puestos a liarla, la propia vivienda empezó ella misma a buscarse taras: que si ahora mi baño parece una "rave" porque la luz se ha fundido, pero no del todo; que si la bañera había esperado hasta ahora para embozarse, pero bien; que si el lavaplatos me daba una de cal y otra de arena (unas veces te los saco limpios, y otras, llenos de la misma mierda); en fin, un primor. 
Lo más curioso de todo es que al final, los que iban a venir, ni aparecieron el martes, ni el viernes, así que con suerte, mi casero volvería antes de Francia y haría todos los apaños necesarios para que ésto se pareciese menos a "la cueva del terror" y más a "la mansión de ensueño de la Barbie"; y eso que a mi me gustaba de cualquier forma.

El miércoles y el jueves fueron una bendición del cielo, tuve casi 2 días libres enteros que aproveché para hacer ¿NADA? No, lo cierto, es que preparé los papeles que tengo que entregar a mis jefes para que me los impriman y me los firmen, si no me matan antes por preguntar mil cosas, pero es lo que toca, yo necesito toda esta porquería y no es mi culpa que sus ajetreadas agendas les impidan prepararlos ellos mismos o corresponder, ahora, que soy yo la que tiene una petición. Pero, yo ya aviso, y el que avisa no es traidor, en mi próximo trabajo, o hay más seriedad con ésto, o puerta, que me van a salir canas de tanto estrés. 

Ahora, viene la parte zen de la semana. Pues no va y resulta que tengo una especie de aparición divina que me dice que sea optimista, y juro por Sean Bean (que si le pasa algo, bueno, ya nos tendría acostumbrados), que desde que empecé a pensar en positivo y a sonreír aunque pareciese gilipollas, me fue todo mejor en el trabajo, menos aquel sábado por la noche, esa noche que guardaré en el registro de "Peores noches de la historia", en la que tuve que quedarme a dormir con G por segunda vez desde que soy nanny, ups, digo, au pair; porque sus padres tenía una boda en la montaña, que con la de contactos que tienen, lo mismo se estaba casando Heidi con Pedro y yo sin saber nada. 
Así que resumiendo, esa noche morí, el funeral fue cutrero, la causa de la muerte no estuvo clara pero se cree que fue algo así como agotamiento mental después de 30 minutos insaciables de lloros (sí, como la semana pasada) y un sueño poco reparador plagado de "cortes publicitarios" patrocinados por mi niña. 

Y no os engañéis, la que escribió ésto no fue otra que el cyborg surgido de mis restos mortales y unos dispositivos cibernéticos. 
Vamos, que aquí no hay quien descanse, ni después del descanso definitivo.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:


Lo de ponerle dibujos a la niña mientras come, es un secreto casi a voces, pero lo de G, es inaudito, no va la tía y no ha aprendido a decir "water" en todo este tiempo, pero ha aprendido a decir "movie", ¿estamos locos o qué? Lo más gracioso de todo es que la estoy entrenando para que se coma todo el plato con el "Si no te comes todo, te quito la película". Así que ya lo siento si les molesta más o menos a sus padres, pero la niña no sólo disfruta, sino que come, y yo no lloro, sino que río.

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Zumo de naranja sanguina "Migros Bio" y "Andros"
 - Patatas fritas de bolsa muy picantes "Zweifel - Waves Inferno"


3. Lugares visitados:

 - Seilbahn Rigiblick
 - Kreis Buro (Con el fin de empezar mi papeleo, pero sin mucho éxito. IMPORTANTE: Para desinscribirse del censo, hay que ir al City Hall y no antes de un mes para dejar Zúrich)
4. Mis favoritos:

 - Zumo de naranja sanguina "Migros Bio" y "Andros"
 - Patatas fritas de bolsa muy picantes "Zweifel - Waves Inferno"

5. Película de la semana:

 - Miniserie "Rosemary's baby" NOTA: 9
MORALEJA: Si valoráis vuestro descanso, no tengáis un hijo, y si aún así queréis tenerlo, no tengáis piedad y contratad a una au pair, ellas son los superhéroes de la era moderna.
Mucho me quejo, pero, de veras, me veo buscando otro trabajo relacionado con niños, sólo por el placer de tener colegas laborales con las que compartir nuestras alegrías y desgracias, qué narices, sólo hablamos de desgracias, las alegrías las guardamos pa' nosotras, pero es tan reconfortante saber que no se está loca, que es hasta bonito.

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