domingo, junio 07, 2015

30. "No"

40ª Semana (01 al 07 de Junio 2015)


"No" significa no, excepto cuando quiere decir que sí, claro. 
En mi caso era un "No" muy seguro, muy rotundo a una pregunta que siempre estaba en mente, pero que no se formuló hasta esa semana. Una semana que tenía que ser corta y fácil, pero que se hizo larga y tediosa...

Llega un momento, en la vida de toda au pair en la que debe decidir qué hacer: si quedarse o marcharse. Y por fácil que pueda parecer el tomar una decisión tan simple, siempre pueden darse situaciones que no la hacen tan fácil, ésta es la mía.

Tras un lunes de reposo y muchas llamadas por skype, llegó el martes, o el día en que mi familia de acogida regresaba de su fin de semana fuera. No me sorprendió recibir mi salario, tanto como me sorprendió encontrar una postal de San Francisco. Me olí la tostada a kilómetros de distancia...
No sé si en algún momento, he comentado en el blog que pensaban mudarse a San Francisco en otoño. Cual fue mi sorpresa cuando me dijeron que la mudanza no se produciría en Octubre, sino en Agosto, mi último mes como su au pair por contrato.
Hubiese dado botes de alegría, sino me hubiese quedado totalmente en shock cuando me propusieron quedarme con ellos por más tiempo.
Necesitaban una respuesta para finales de esa semana, pero mis ideas estaban muy claras, así que con toda la delicadeza del mundo puse mis cartas sobre la mesa.
Desde un principio, siempre se había hablado de un año, nunca hasta entonces de hacer la extensión oficial, por no hablar de que con una relación a distancia durante tanto tiempo, lo que menos me apetecía, era prolongar la agonía de estar separados o poner más kilómetros entre nosotros, cuando ya habíamos hablado desde hacía meses de mudarnos juntos después de esta experiencia.

Y vale, sí, era San Francisco, en una casa 3 veces más grande que en la que vivían ahora, pero ya no iba a tener mi espacio íntimo, iba a estar interna y eso, después de todas las horas que trabajaba al día, sinceramente, me enfermaba. La sóla idea me daba pánico, ya que no sabía con exactitud hasta qué punto se verían afectados mis nervios en aquel escenario.

Pero ahí no se dio el mayor de mis temores, el mayor de mis temores se dio sin esperarlo si quiera, y es que cuando comenté mi negativa, se produjo algo totalmente inaudito, mi madre de acogida se disgustó hasta el punto de irse a su habitación.
En tales circunstancias, empecé a sentirme irremediablemente culpable, llegando, incluso, a replantearme el quedarme cuando en mi cabeza sólo podía imaginarme despertándome con mi pareja.
Todo ello derivó en una semana que agonizaba por terminar, sin saber muy bien cómo serían las que le siguieran cuando dijese oficialmente que no deseaba quedarme.

Para ponerle la guinda a todo ese pastel, la niña estaba insoportable no, lo siguiente: no había manera humana ni extraterrestre de cambiarle el pañal porque se giraba sin parar, se ponía de pie en el carrito (hablando de éste, cuando se marcharon de vacaciones, lo subí hasta nuestro rellano para evitar que los vecinos tuviesen uno de sus oportunos brotes de "tocarme los ovarios" cuando menos lo necesitaba; así que llegado el momento de bajarlo de nuevo, me las ví y me las deseé. Probé poniendo a la niña directamente en éste y bajar de espaldas, con tan mala suerte, que llegado a un punto, se me quedó totalmente torcido, me quedé 1 minuto entero de reloj, pensando en como demonios iba a salir de esa sin que la niña cayese escaleras abajo. Después de sudar la gota gorda y querer morirme 1000 veces, conseguí arreglar el desaguisado dejando unas bonitas marcas de ruedas por toda la pared blanca como recuerdo...), me frustraba hasta niveles insospechados tratar de enseñarle palabras y que ni siquiera intentase repetirlas, sus siestas sólo me daban para recoger la cocina y la casa, y las horas de la comida seguían siendo de las cosas más tortuosas que he experimentado en mi vida, ahora que no me dejaban ponerle los dibujos animados. 
Tampoco ayudaba nada tener que desempeñar mi trabajo con alguno de los padres rondando por la casa, pues la niña, como era natural, se comportaba de manera distinta, triplicando el nivel de dificultad (Justo lo que necesitaba, obviamente)

Y como ese pastel también requería doble de nata y crema, si me quejé mucho con las nevadas, ahora me iba a tocar meterme a saco con el calor infernal. No deje España, para venir a ahogarme con mi propio sudor en Suiza, pero puestos a que esa semana iba a estar llena de sorpresitas, lo mismo ésto no era habitual y pronto se marcharía. De momento, la tormenta eléctrica que hubo la noche del viernes y que diría que se trataba de una lucha a muerte de pedos entre cientos de Pikachus, me despertó de mi sueño, me acojonó durante media hora, pero al final, me dió esperanzas, igual el verano todavía podía esperar un poco más.

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

Dado que mis niveles de cortisol (hormonas del estrés) estaban por las nubes, el martes tuve que quedar con una de las pocas personas que seguía viendo de ciento a viento. Resumiendo, que con todo el mix que tenía en mi cabeza, él me abrió los ojos (pero como platos, ¿eh?) para tomar la decisión correcta. Dí que para hacerlo, tuvo que ser ciertamente brusco y borde, pero sirvió, que es lo importante. Al contrario que las 2 latas de medio litro de cerveza que me tomé, que tuvieron todos los efectos nocivos que puede tener una cerveza:
  • Casi me meé encima, literalmente, en el tranvía porque no podía aguantarme las ganas (era, o eso, o bajarme en cualquier parada para mear por algún arbusto, cosa que no era muy conveniente teniendo en cuenta que era el último tranvía de la noche). Al final, con mucho entrenamiento espiritual, me abstuve de marcar mi territorio en ese vagón.
  • Me desperté a las 3.30 am para echar las 2 cervezas y la comida de los 3 últimos días. No tuve muy claro si se debió al alcohol (llevaba mucho tiempo sin probarlo), o a un posible virus de la niña, que nada más llegar del viaje, me recibió con una ducha de alimentos.
  • La mañana siguiente andaba como si me hubiesen inoculado una dosis de burundanga vía intravenosa.
2. Comidas/bebidas nuevas:

 * He comido tan poco y tan mal esta semana, que no tengo ninguna novedad que compartir


3. Lugares visitados:

 - Espacio para niños (Freudenbergstrasse)
 - Dolder Sports
 - Iglesia de St Jakob
 - Feria/Exposición de comics y merchandising de películas
4. Mis favoritos:

 *  Más de lo mismo. Esta semana, si algo puedo poner como favoritos, serían momentos:
 

 - Ayudar a una amiga a volverse una trotamundos
 - Volver a tomarme una cerveza en compañía
 - Volver a hablar con Marta (Au pair)
 - Volver a ver a Hashinee (Nanny, que viviendo tan cerca, resulta increíble que no nos hubiésemos visto en casi 2 meses) y compartir sentimientos comunes

MORALEJA: Hay que sopesar fríamente qué es más importante para nosotros y actuar en consecuencia: Yo prefiero no tener trabajo y ser feliz, a ser una desgraciada y tener trabajo.
El tema de la meteorología en Suiza debería ser estudiado por Iker Jiménez; no, en serio.

"Yo no quiero sobrevivir. ¡QUIERO VIVIR!" - El capitán de "Wall-E"

No hay comentarios:

Publicar un comentario