domingo, mayo 03, 2015

25. Abandono justificado

33ª, 34ª y 35ª Semana (13 al 19 de Abril 2015, 20 al 26 de Abril 2015 & 27 de Abril al 03 de Mayo 2015 )


¡Os pille! Seguro que al leer el título de la entrada habíais pensando que me estaba retirando del mundo pañal; pues no, ni de coña. Soy más terca que una mula y aquí sigo, claro que estas 3 semanas me han traído cada una algo para levantar el ánimo (de forma gradual y ascendente), se podría incluso decir que eran como los 3 Reyes Magos que, o bien, habían pillado un atasco chino de meses y llegaban ahora, o bien, se habían adelantado este año por miedo a que los españoles volviésemos a manifestarnos en favor de una República y los echásemos a patadas.
Sea como fuese, mis disculpas por mi ausencia.
Así pues:

- Melchor, digo... mi primera semana, me dio como premio a mi sufrimiento auditivo, un finde con uno de mis mejores amigos que con motivo de un viaje laboral, me hacía una visita más que esperada. Con él tuve la oportunidad de experimentar uno de los momentos más traumáticos que viví en mi estancia suiza cuando en una salida nocturna perdí la llave de mi estudio, dejándonos a los 2 en la calle a menos que... ¡LLAMÁSEMOS A MI FAMILIA DE ACOGIDA A LAS 4 AM PARA CONSEGUIR LA LLAVE EXTRA! 
Veréis, a riesgo de parecer un poco monguer por no haber hecho eso desde un principio, nos obligué a ambos a coger otra vez 2 buses para encontrar las llaves (matarile-rile-rile, sin el chispón), pero siendo que estaba oscuro, llovía, el suelo estaba mojado, era un viernes por la noche en una de las áreas más transitadas de Zúrich, Central, y que tuvimos que hacerlo todo a mata caballo para no perder el último bus a casa, no encontramos ni rastro.
Con miedo a que se cabreasen, vergüenza por mi descuido y nervios, llamé... ¡y conseguí la llave y una bronca! Pero, bueno, lo mejor de la historia es que con todo el circo que montamos en la casa, G no se pispó de nada y ahí siguió soñando con sus chupetes, móviles y cómo sacar de quicio a su au pair; a ésto las madres, lo suelen llamar "soñar con los angelitos".
Esa noche dormí 2 horas y 30 minutos. A las 7.30 am tenía que levantar el espíritu y mi cuerpo para ir a alemán, que para lo que hice (mi cabeza estaba ocupada en otros menesteres), lo mismo hubiese estado mejor quedándome en casa. El caso es que en la ferretería no sólo me dijeron que las llaves domésticas costaban un riñon (65 francos), sino que para hacer la copia necesitaba una autorización de mi casero con sello oficial (20 a 30 francos más), y, lo peor de todo, lo que casi me hizo tener un amago de infarto, era que quizá fuese preciso cambiar toda la cerradura por 600 francos. Y os preguntaréis, ¡¿LO CUALO?! ¿Suiza que es uno de los países más seguros, estaba poniendo el grito en el cielo porque se había perdido una triste llave? Pues aparentemente sí. El tema es que tienen un sistema de llaves numeradas y existen un número limitado de ellas. Su peculiaridad era que con una misma llave eras capaz de abrir el portal y tu propia vivienda, y si perdías una, era obligatorio, hasta donde yo sabía, cambiar la cerradura del portal. 
Decidí hacer un informe para "Objetos perdidos", pero tuve el mismo éxito que Soraya en Eurovisión, así que el casero, que ese sí que era más majo que las pesetas, ordeno una nueva copia y a día de hoy, no he pagado nada, quizá le entrase con el seguro de la casa, o bien, me venga el día de mañana con la llave nueva y una factura con la que tendré pesadillas un mes.
Eso sí, el chico de la ferretería me dijo que nadie podía obligarme a pagar el cambio de cerradura, dado que en mi caso no existía portal, por lo que al ser vivienda propia podía imponer mi negativa. ¡JÁ! (Ya se verá que pasa). 
En la cara amable del franco, pude hacer dos cosas que no esperaba hacer, pero tenía unas ganas tremendas: 
                  
                   1. Coger el ferry 
                   2. Visitar las oficinas Disney en Zúrich gracias a un amigo de mi amigo.

- Gaspar, perdón, la segunda semana, y ésto sí que fue casi improvisado, me trajo a mi pareja que decidió pasar su semana de estudio conmigo porque si había algo que necesitase con urgencia eran mimos, carcajadas y terapia emocional y él era lo más terapéutico que conocía; sí, el chocolate había perdido su gracia después de que mis jefes convirtiesen mi nevera en un expositor de Lindt o una tienda Sprüngli.
Sinceramente, no recuerdo haber disfrutado tanto de los paseos como lo hice esa semana. Tanto G, como yo acabamos locamente enamoradas de él, había una competición masiva por su atención, como para no estarlo, era carne de "padrazo", y eso, ahora, estaba muy claro.
En este caso, la cara no tan divertida del la moneda suiza fue que tuve que acatar 2 nuevas reglas en el trabajo:

                  1. Fuera chupetes
                  2. Fuera móvil (ni siquiera podía ya ponerle películas a la hora de la comida, para que la niña llenase su estómago, y yo mi mente con serenidad. Volvieron, pues, las terribles horas de la comida, literalmente, HORAS, en las que había que rezar 50 "Padres Nuestros" y 30 "Ave Marías" para que se llevase algo a la boca y ni con esas. En fin, la maneras más eficaz de frustrarse. ¡Qué cruz!)

Además, tuve que compartir horas de trabajo con la tía de la niña que, ríete tú, nada más llegar le dió el móvil y, ¿adivináis la segunda? Pues eso...
Suerte que el domingo llevé a cabo mi primera escapada suiza y con Lucerna en mis ojos, me olvidé de todos los males.

- Baltasar Gracián, digo, Baltasar, pero qué c***, me refiero a mi tercera semana, no me brindó niguna visita y, sin embargo, me hizo igual de dichosa que las otras 2, ¿la razón? ¡VACACIONES ESPOTÁNEAS! 
Cara buena, bastante obvio.
Cara mala, billetes por las nubes, pero, bueno, prefería eso a la indiferencia y a quedarme en Suiza. Tenía mamitis, amiguitis, la regla y alguna cosa más por ahí, así que me hice la maleta más rara que me he hecho en mi vida con un saco de dormir y el chocolate que tenía residencia fija en mi frigo y volví para celebrar mis 26 rodeada de maños, sol sin cierzo y la Pilarica de fondo porque, aunque un día viva en la otra punta del mundo, Zaragoza será la única ciudad a la que llame "Hogar".

NOVEDADES DE LA SEMANA

1. Anécdota:

El miércoles de la semana en la que mi pareja vino a visitarme, me tocó hacer la primera y espero que última noche a solas con G. La noche toledana, se despertaba como un reloj de cuco cada hora, yo le daba agua, ella pasaba de mí, luego hacía los ruidos propios de "¡Eh, tengo sed!", le ofrecía agua again, nada; nos dormíamos otra vez, y vuelta a empezar a la hora siguiente. 
Como experiencia no estuvo mal, me enseñó algo importante y que no me había dado cuenta hasta ese momento:
¡NO SABÍA LA SUERTE QUE TENÍA DE DORMIR CADA NOCHE BIEN LEJOS DE ESA CASA! :D

2. Comidas/bebidas nuevas:

 - Nestea de frutos rojos
 - Nestea de piña y mango
 - Helado "Frigo" "Stracciatella"


3. Lugares visitados:

 - Crucero por el Zürisee (o Lago de Zürich)

 - Disney Research Zurich
 - Old Botanical Garden (Alter Botanischer Garten)
 - Holy Cow!
 - Seefeldstrasse & Seestrasse (Zollikon - Hasta el infinito y más allá)
 - Partido de volley playa femenino en Hauptbahnhof
 - Lucerna
4. Mis favoritos:

 - Crucero por el Zürisee 
 - Lucerna <3
 - Helado "Frigo" "Stracciatella"
 - Tortilla de patata de mamá
 - Queso "Philadelphia" de tomates secos

MORALEJA: Perder una llave en Suiza es peor que comerte todo el camino hasta Mordor con orcos y todo. Ahórrate comprar un despertador, ten un hijo.

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