jueves, mayo 21, 2015

* BONUS: La morriña

21/05/2015

Hace un par de días, me di cuenta de que cada vez que dejaba un sitio, también dejaba atrás una serie de cosas que echaría de menos, me pasó con Zaragoza, también con Guernsey y me iba a pasar con Zúrich porque, aunque todavía no me había despedido de ella, el final estaba tan cerca que casi lo podía tocar con la yema de los dedos. 
Como siempre había dicho, vivía en un sin vivir, en un ni contigo ni sin ti, en un no te aguanto más pero te echo de menos.

¿Tenía esa añoranza cada vez que hacía un viaje a un sitio cualquiera? La respuesta era "No", pues sabía que esos viajes esporádicos eran por un periodo de tiempo muy limitado, pero ésto era diferente porque en cada uno de esos sitios había ido dejando partes de mi vida, o "capítulos", como a mi me gusta llamarlo.

Disfruto muchísimo de cómo vivo mi vida aunque el precio sea tan alto como ver poco a las personas que me gustaría ver más, pero todos, al fin y al cabo, somos individuos y cada uno, dueño de su historia y hay que sacar el mayor provecho de ella mientras podamos.

Me gusta porque, a veces, miro hacia atrás y el ver que he hecho tantas cosas, que he conocido a tantas personas que han dejado su huella para bien o para mal, que me he empapado de la cultura de otro país y lo he podido conocer de la misma forma que he conocido mi ciudad natal, me dice que lo he hecho bien y que no he perdido el tiempo.

ZÚRICH

+ Cosas que echaré de menos:

 + El lago, pero sobre todo, ese rincón dónde se produce la magia.
 + "Yoojis",su maki de aguacate y pepino con queso y sus mochis de coco.
 + El "Restaurante Hiltl" y la posibilidad infinita de elegir entre 100 platos vegetarianos.
 + El chai latte y el hecho de poder encontrarlo en casi todas las cafeterías, bares y restaurantes. Sobretodo el de "Café Henrici" y "Caffé Handelshof".
 + Mi acogedor e íntimo estudio.
 + La seguridad en cualquier parte y a cualquier hora. No digo que nunca pase nada, pero puedo asegurar que he dormido con la puerta abierta, he dejado el carrito de la niña con compra aparcado mientras yo me iba con ella a 1 km de él y tengo amigos que han dejado su bicicleta sin atar, y jamás ha pasado nada. 
 + La puntualidad porque, de veras, es un placer saber a que hora vas a llegar exactamente a los sitios con su sistema de transporte público y su aplicación ZVV.
 + Los días de nieve o lluvia en los que no tengo que salir de casa porque todo el que ha vivido aquí sabe que si un día llueve, va a llover todo el día.
 + La fondue y el raclette, nadie sabe prepararlos mejor que los nativos.

+ La marca "Ovomaltine" en todos sus estados: sólido, líquido y hasta gaseoso. 
+ El tamaño y el tipo de ciudad, de algún modo, me recuerda a Zaragoza.
 + Lucerna, porque es verdad todo lo que dicen de ella.
 + Rapperswil, otra pequeña joya suiza.
 + La mendicidad casi nula. Bien es cierto que en muchas ocasiones me han pedido alguna moneda mientras esperaba el tranvía, pero nada como las largas filas de personas viviendo en la calle de España. Para evitar un panorama tan desalentador, el Gobierno concede ayudas a las personas necesitadas.

- Cosas que, definitivamente, no echaré de menos:

 - Sus precios imposibles.
 - El idioma porque esta claro que me equivoqué de sitio para aprender el alemán a pie de calle.
 - Los tranvías no adaptados para carritos y personas discapacitadas (que para ser Suiza y estar en el siglo XXI, ya les vale).
 - Las cuestas y pendientes absorbe vidas.
 - El intrincado mecanismo de sistema de basuras y reciclaje en el que si interceptan algo que no esta en su sitio puede caerte la multa de tu vida o una estancia en prisión, o, en el mejor de los casos, no recogerlo y tener que esperar un mes entero hasta que vuelva a tocar cartón o 15 días para el papel.
 - El tiempo muerto que hay desde las 4am hasta el primer tranvía de la mañana siguiente, porque hay veces en las que poniendo un autobús nocturno más, se evitarían muchas pulmonías no deseadas...
 - El sistema de llaves, que, bueno, si habéis leído mi experiencia, y teniendo en cuenta el punto positivo de la seguridad en Suiza, me parece excesivo, por no decir ridículo.
 - Lo de "zapatos fuera" antes de entrar a un domicilio o interior habilitado a los niños porque ponerse y quitarse unas botas o convers lleva lo suyo (especialmente cuando tienes que vigilar que tu bebé no se dé un piñazo en lo que tú estas en ello)
Seguro que he olvidado muchas otras cosas, pero ésto es a grandes rasgos lo que me gusta y lo que no tanto de esta ciudad ^^

No hay comentarios:

Publicar un comentario